Por el momento dos pisos en la calle Mary Shelley han sido okupados, pero los vecinos temen que puedan multiplicarse. La Guardia Civil ha visitado los pisos ocupados en varias ocasiones y pedido la documentación a los ocupantes, pero admite que no pueden echarles.
Los dos pisos de la calle Mary Shelley, en el barrio de La Luna, que el pasado 25 de noviembre fueron ocupados por sendas familias, permanecen en la misma situación a día de hoy. Agentes de la Guardia Civil, avisados por vecinos de la urbanización en la que se encuentran las viviendas, han acudido a las mismas en varias ocasiones. Han pedido la documentación a loos ocupantes, pero aparte de eso, según testimonio de vecinos del bloque, «reconocen que no pueden hacer nada más de momento».
Los vecinos con los que ha podido contactar RIVAS ACTUAL denuncian que, si bien las personas ocupantes «de momento no han producido destrozos en la urbanización», sí que han generado un clima de inseguridad importante. La razón fundamental es el «desfile de gente que va a esos pisos en cuanto anochece». Nadie ha podido comprobar que exista un tráfico de drogas, pero sí aseguran que «el olor a marihuana es muy fuerte» desde que se han ocupado los pisos.
Ambas familias ocupantes son «bastante jóvenes. Los padres pueden tener en torno a veintitantos años», aseguran los vecinos. En ambos casos tienen varios niños, con edades en torno a los siete años. En un primer momento, nada más conocerse la ocupación, algunos residentes en el bloque aseguran haber hablado con los ocupantes. La explicación que éstos dieron fue, según la versión de los vecinos, que a ellos les habían «alquilado el piso, que habían firmado un contrato y que les habían engañado».
Sin noticias de los propietarios
Las personas contactadas muestran su extrañeza por el hecho de que, según han podido comprobar, uno de los pisos ocupados tiene la cerradura visiblemente reventada, pero el otro, no.
Los vecinos del bloque no conocen a los propietarios de las dos viviendas. «Nadie ha venido a ellas desde que se entregaron» ni tampoco «se han puesto en contacto con nadie de nosotros». Lo único que sí saben estos vecinos es que hay presentadas denuncias en el juzgado por la ocupación, pero lo saben por la información que han podido obtener de la Guardia Civil.
Precisamente la denuncia en los juzgados es la única vía para encontrar una solución que pase por el desalojo de las personas ocupantes, ya que, de no existir tal denuncia, no puede actuarse de oficio. Una ley no escrita, pero que se aplica regularmente, considera que, pasadas 48 horas de la ocupación y si las personas que la han realizado permanecen en la vivienda, ésta pasa a considerarse como su hogar, independientemente de los trámites legales que luego puedan llevarse a cabo.