Perdió (70-78) su partido ante el líder, que los ripenses aceptaron adelantar de la jornada once a la nueve por necesidades de los blancos. Hugo González fue la figura del partido, con más de la tercera parte de los tantos de su equipo anotados por él.
Uros de Rivas jugó este domingo, en su cancha del Cerro del Telégrafo, su partido contra el Real Madrid, adelantado a ese día desde la fecha prevista del 10 de diciembre a petición del club blanco. Fueron dos partidos en dos días consecutivos (el sábado se había enfrentado a Majadahonda), pero el rendimiento de los de Jesús Sala fue espectacular.
El equipo ripense perdió ante los blancos (70-78), pero ni un solo minuto dejó de luchar por una victoria que era posible, a tenor de lo visto en la cancha, y que los locales persiguieron con ahínco en cada jugada.
¿Qué falló? No falló nada en Uros. Lo que ocurrió fue que en las filas del equipo merengue jugaba Hugo González Peña, un escolta de 1,99 metros y 17 años que ha debutado ya en ACB con el primer equipo del Real Madrid. Entrena con frecuencia con ese primer equipo y está llamado a ser una figura de aquí a pocos años.
Sin desmerecer al resto de los componentes de la formación madridista que se se enfrentó el domingo a Uros, Hugo González marcó las diferencias en cada uno de los más de 22 minutos que su entrenador le mantuvo en la cancha. Algo perfectamente entendible porque cualquiera que viese el partido pudo constatar que, sin el 10 madridista, el equipo blanco probablemente habría perdido el partido.
No fueron solo los 27 tantos anotados (cinco de seis en triples), sino también las asistencias, los seis rebotes defensivos y la enorme amenaza que el jugador tiene, y que hacía que los locales tuvieran que tener dos ojos y medio puestos en él en todo momento. Y aún así, su saber hacer a la hora de buscar la posición y el momento de tiro le procuraron las ocasiones necesarias para sentenciar el encuentro. La valoración final lo dice todo: 39 créditos para el escolta blanco.
El que pierde, gana
Sin embargo, hay que decir que partidos como el que jugaron los pupilos de Jesús Sala son de los que hacen más ganador al equipo que pierde. Los ripenses pudieron constatar que pueden competir perfectamente con un Real Madrid con tantas figuras (no se puede olvidar a Diagne y a Bosnjakovic, que endosaron a Uros, entre ambos, otros 30 puntos) y salir airoso de la prueba.
Porque el enorme esfuerzo defensivo, que a la vuelta del vestuario fue espectacular en los locales, rindió frutos en todo momento. Si Hugo González estuvo tanto tiempo en pista fue, sin duda, porque su equipo lo necesitaba. Los de Rivas no dejaron nunca que el marcador se espaciase más allá de los diez puntos, estando en varias fases a tan sólo tres-cuatro de los blancos.
No hay nada que objetar a la derrota, porque el Real Madrid es un equipo con una plantilla enorme en la que, además, se incluye Hugo González, y eso lo convierte en un equipo mejor que los demás. Tampoco el arbitraje perjudicó a nadie, a excepción de una jugada intrascendente para el marcador, en la que uno de los colegiados pitó una antideportiva poco explicable a Guillermo González y, más incomprensible aún, una técnica descalificante a Maxi Solé, que tuvo que abandonar la cancha cuando estaba siendo uno de los más firmes pilares de su equipo. Tres tiros libres que (cómo no) Hugo González se encargó de convertir.
Jugando como jugaron, los componentes de la plantilla de Uros de Rivas pueden tener por seguro que (salvando lesiones u otros imprevistos) accederán a la fase de ascenso a LEB Plata una vez más. Pero es muy probable que esta sea la vencida y el club pueda jugar la próxima temporada en el primer escalón del baloncesto profesional español.