El Covibar Rivas EBA perdió ayer, sábado, ante el Real Madrid (65-85) en un partido que los de Chamartín dieron la sensación de controlar durante todo el tiempo gracias a una poderosísima defensa y a un banquillo inagotable. Covibar ocupa la mitad de la tabla después de este partido, con siete victorias y cinco derrotas.
A pesar de un primer cuarto en que la igualdad fue mayor y los tiros exteriores de Covibar permitieron a los de Alberto Rubio agarrarse al marcador e incluso ir por adelante durante algunos minutos, nunca hubo la sensación de que Covibar Rivas fuese a poder ganar su partido contra el Real Madrid, en la jornada 14 del Grupo de Liga EBA, jugado en el Cerro del Telégrafo ayer, sábado.
Las razones radicaban en la poderorísima defensa que los blancos exhibieron desde el comienzo del encuentro, con un inagotable fondo de armario para el juego interior gracias a sus torres Guillermo Herenangónmez y Placide Nadjikim, complementadas con Gil y Mbaye; y también en el perímetro, con un Alejandro Iglesias en estado de gracia (22 puntos) y un David Marina cuya importancia va mucho más allá de los 11 puntos que anotó.
El Real Madrid planteó un partido sin fisuras, más en defensa que en ataque, hasta el punto de que los dos y medio primeros minutos del partido nadie consiguió anotar. Covibar comprobó que el tiro exterior cómodo era un artículo de lujo con el que no iba a poder contar a menudo en esa ocasión. El marcador al final del primera cuarto (13-18) daba una idea de lo cuesta arriba que las cosas se ponían, una dinámica que no se modificó en el segundo cuarto (12-19), en que los madridistas siguieron machacando el ataque de Rivas, obligando a Covibar a agotar en demasiadas ocasiones la posesión y a intentar canastas desesperadas.
Tras el descanso, la tipica reacción del que va por debajo en el marcador llevó a los de Alberto Rubio a conseguir un esforzado y muy meritorio 24-23, que no tuvo continuidad en el último periodo, en que los blancos volvieron a imponerse, esta vez con un parcial más abultado (16-25).
Y no es que se pueda acusar al equipo de Rivas de haber jugado poco o mal. Dieciocho balones perdidos (sólo dos más que el rival) son bastantes, pero nada fuera de lo habitual; el 75% de tiros libres es un porcentaje muy asumible; superar a los madridistas en tapones ofensivos (12 frente a 8) es, incluso, una hazaña. El problema que las estadísticas revelan en el ataque ripense se centra en la capacidad de los ripenses de anotar de dos y de tres puntos (35 y 33% respectivamente), fruto de la férrea defensa madridista, y en la debilidad para frenar el juego de los blancos en la zona, lo que permitió a éstos anotar un 65% de tiros de dos puntos.
En eso, y en el hecho de que Covibar tuvo que afrontar un partido muy complicado con las bajas de Javier Gonzñalez, cpn una lesión leve en la mano derecha producida en un entrenamiento, pero que le impedía jugar; y de David Ajero. Jugar con un banquillo de ocho jugadores contra una plantilla tan ancha y profunda como la del Real madrid es una desventaja excesiva.
A destacar, por parte ripense, el partido de Javi Mulas, Guille de la Puente y Carlos Cantero, que lideraron, dentro y fuera de la zona, los buenos minutos de los ripenses, que los tuvieron y no pocos.