Paloma García, gerente de The Circular Project y responsable de la organización de la Semana de la Moda Sostenible Circular de Madrid, explica en esta entrevista qué engloba ese concepto, novedoso en nuestro país. Este próximo domingo, la ‘Pasarela 17’ mostrará en Rivas, aunque de forma online, un desfile de diseños realizados con criterios de moda sostenible. Pasen y vean.

El diseño de moda sostenible se obliga a sí mismo a tener en cuenta cosas que la industria tradicional ni soñaría con contemplar: materiales sostenibles, respetuosos con la dignidad animal, fabricados con procedimientos no contaminantes y producidos por personas que trabajen en condiciones laborales dignas, respetando en todo caso la legalidad.

El 14 de febrero la ‘Pasarela 17’ mostrará en Rivas diseños realizados bajo este concepto, aunque el desfile sólo podrá verse online, por la página web y redes del Ayuntamiento. ¿Por qué el nombre de ‘Pasarela 17’? Porque los diseños harán referencia al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 17, de los marcados por la Agenda 20/30.

Paloma García, organizadora del evento, explica con detalle la filosofía que hay detrás de este concepto de ‘moda sostneible’ y aporta datos que dan que pensar.

Paloma García (Foto @adrianamartiphoto)

RIVAS ACTUAL: En su reciente presentación de la Semana de la Moda Sostenible en rueda de prensa en Rivas destacó usted la idea que parece estar en la base del concepto de ‘moda sostenible’: tener mucha menos ropa en nuestro armario. Esto parece contradecir la idea de crecimiento económico en un sector que mueve mucho dinero en todo el mundo y, concretamente, en España. ¿Cómo «venden» esa idea a la industria de la moda?

PALOMA GARCÍA: Así es, el eje motor de la moda sostenible es reducir nuestro consumo, comprar menos y mejor y con el mínimo impacto económico y social y evidentemente entra en contradicción con el modelo que hasta ahora se ha seguido en la industria textil, donde cada año había que producir más que el anterior y cada año la cuenta de resultados tenía que tener más cifras.

En realidad nuestro papel en todo esto es, sobre todo, poner sobre la mesa una realidad incuestionable y sobre la que todos tenemos que actuar, porque es un gravísimo problema de todos. El uso desmedido de recursos naturales por parte del textil (recursos que la tierra ya no puede darnos) nos ha traído hasta aquí, con la Naturaleza extenuada, unos índices de CO2 altísimos y el cambio climático cada vez más tangible.

Nos compete a todos revertir la situación porque es nuestra propia supervivencia, y por ello el modelo de industria actual está condenado a desaparecer, y más nos vale asumirlo y comenzar a trabajar en ese cambio.

R.A.: La industria textil es la segunda más contaminante del planeta, por detrás de la del petróleo. ¿Qué puede hacer el concepto de moda sostenible para que eso deje de ser así?

P.G.: La moda sostenible actúa en tres ejes, aplicando un triple impacto positivo en lo económico, lo social y lo ecológico. Estos tres aspectos tienen que trabajar coordinadamente para considerarse sostenible y es el modelo que queremos ver replicado en cualquier tipo de industria y, sobre todo, en el textil.

El aspecto medioambiental es fundamental porque es muy grave, y para ello la moda sostenible trabaja minimizando los consumos energéticos, reduciendo el consumo hídrico e impulsando el uso de circuitos cerrados de agua para evitar los vertidos contaminantes llenos de químicos muy peligrosos. Al mismo tiempo, los materiales que se utilizan son materiales orgánicos provenientes de cultivos que no han utilizado ni pesticidas ni herbicidas o materiales posconsumo a los que se revaloriza y se les da una segunda vida.

No solo es una moda que cuida cada detalle sino que pretende ayudar a la regeneración del planeta.

Hay que resaltar que tiende a ser producción local y promover el consumo local, porque de esta manera también se reducen drásticamente las emisiones de CO2, pues tiene una huella altísima debido a que ahora toda la producción está externalizada y los desplazamientos son contínuos.

R.A.: Usted hace referencia a la economía circular como concepto que está detrás del de moda sostenible. ¿Se trata de que le pasemos la ropa usada a otras personas y compremos otra nueva?

P.G.: Entre otras cosas, darle el mayor uso posible a nuestra ropa, alargar su vida útil está muy bien, pero va más allá. Frente a un modelo líneal de industria de producir, consumir y tirar, la moda circular es aquella que tiene muy presente la sostenibilidad de todo el proceso y busca devolverle a la Naturaleza los recursos que le quitamos en las mejores condiciones para que sea capaz de regenerarse, que entren dentro de un ciclo infinito donde se esté generando valor continuamente y desterremos para siempre el concepto de residuo.

En la Naturaleza no existe ese concepto, todo se aprovecha, nada es basura, todo completa su ciclo y se reintegra de nuevo en la Naturaleza.

Desde la moda sostenible queremos que las prendas que compremos vengan ya con una circularidad garantizada, es decir, que esa prenda pueda reintegrarse en el ciclo productivo y revalorizarse cuando ya no la queramos o ya no sea posible su uso.

R.A.: Ha hablado también de «ropa personalizada» como una de las características que definen al diseño sostenible de moda. ¿Esto la convierte en prendas mucho más caras? ¿Cuánto puede costar de media una camisa, un pantalón, una chaqueta y un vestido, hechos con criterios de sostenibilidad?

P.G.: Queremos que todos establezcamos una relación emocional con nuestro armario, ¿esto qué significa? Pues, primero, que sepamos con nombres y apellidos quién ha hecho nuestra ropa y en qué condiciones; segundo, que huyamos de las tendencias y no nos dejemos llevar por las temporadas y sus “modas”, debemos vestir de acuerdo a nuestra personalidad, no a las tendencias; y por último, que le demos el valor que merece a ese trabajo. Esto implica pagar lo que realmente valen las prendas, apreciar el trabajo que hay detrás.

La ropa ‘fast fashion’ y ‘low cost’ está alimentando un modelo muy contaminante, pero además donde se dan muchas irregularidades laborales en cuanto a salarios y riesgos laborales, por eso se pueden permitir vender tan barato, y además con obsolescencia programada que hará que esas prendas a los pocos días pierdan calidad y nos obligue a seguir consumiendo.

La moda sostenible aboga por comprar menos y comprar mejor, ir haciéndonos un armario a medida con las prendas justas y de calidad.

Además quiero concluir que los precios son muy razonables y están a la par con los precios de una gama media alta de una gran cadena, pero en nuestro caso te llevas una prenda que no ha contaminado, de cercanía y con todas las garantías éticas y estéticas.

R.A.: El Ayuntamiento de Rivas parece haber apostado decididamente por el concepto de moda sostenible. ¿Qué iniciativas ha observado y valora usted por parte del Ayuntamiento, y cuáles tiene previstas realizar a corto plazo en este municipio?

P.G.: Este apoyo por parte de Rivas y su Ayuntamiento es como un soplo de aire fresco, supone un espaldarazo a nuestro trabajo que nos da alas y nos indica que estamos en el buen camino.

Me gustaría resaltar la labor en cuestión de residuos textiles, porque todavía no tenemos conciencia del terrible problema que tenemos encima con el residuo urbano textil y hace falta sacarlo a la calle, hablar de ello y que todos seamos más conscientes de que tenemos que ponerle remedio ya. El hecho de que desde Rivas se estén impulsando iniciativas como la CSFW Madrid [Circular Sustainable Fashion Week, Semana de Moda Sostenible Circular],  donde nos preocupa mucho este tema y de hecho le dedicamos una pasarela solo para hablar del tema, se merece un gran aplauso.

En este sentido a lo largo del año colaboraremos con Rivas en varias iniciativas focalizadas en el reciclaje textil, la gestión de residuos y habrá actividades donde trataremos el tema y talleres de concienciación. Creo que va ser muy interesante y muy útil para impulsar ese camino hacia el 2030.

Algunos datos

El negocio de la moda, tanto la tradicional como la sostenible, es importante en nuestro país. Algunos datos así lo reflejan:

Cerca de un 3% del PIB español fue realizado por la industria textil, con un monto de alrededor de 25 billones de euros anuales, según datos del Informe Económico de la Moda en España. En 2020, no obstante, esa cifra ha caído aproximadamente en un 50% debido a la pandemia del COVID-19, según la consultora Ernst&Young. En cuanto al sector de la moda sostenible, Paloma García explica que «No hay todavía informes que nos puedan dar datos concluyentes y, aunque somos uno de los países más activos en este sentido, todavía somos un sector minoritario pero en continuo crecimiento». Según la organizadora de la CSFW Madrid, «El objetivo es, por supuesto, que la demanda aumente, porque ahora sólo la gente más informada y más activa socialmente son nuestros clientes habituales».

En cuanto al empleo que genera el sector textil en su conjunto en España, el Informe antes citado lo calcula en unas 140.000 personas, cifra que se multiplica cuando hablamos de todo el planeta: unos 300 millones de personas estarían empleadas en el sector. Más difícil, según Paloma García, es calcular a cuánta gente da trabajo la moda sostenible, y mucho menos cuál será la progresión del empleo en ese subsector: «Se hace complicado dar una cifra, y encima con una pandemia por medio. La tendencia creo que será a ir transformando el empleo actual en empleo verde. En cuanto a los actuales empleos que existen dentro de la industri, lamentablemente muchos desaparecerán. Sólo espero que sea una destrucción controlada y consciente con salidas hacia un empleo de calidad».

Y respecto a la aportación del diseño sostenible de moda a la mejoría de la sostenibilidad a nivel global, un informe de McKinsey & Company aporta los siguientes datos en reducción de CO2: 1.000 millones de toneladas en mejoras en la producción, principalmente de eficiencia energética y uso de renovables. 300 millones de toneladas por cambio a materiales más sostenibles, mejora en packaging y transporte más sostenible. 350 millones de toneladas por cambios en el consumo (modelos de negocio de alquiler, segunda mano, reparación, renovación, etc.; y también, disminuyendo el uso de secadora y lavadora mediante lavado en frío)