Los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) han ido mejorando sus condiciones de vida con el paso de los años, pero la extrema lentitud con que alcanzan estas mejoras no dan para hacer frente a uno de los grandes problemas de la zona donde se ubican: las temperaturas extremas.
El programa ‘Vacaciones en paz’, llevado adelante en España desde hace décadas por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara, busca evitar a las y los niños saharauis la exposición a esas temperaturas extremas y a las privaciones que en general experimentan en sus campamentos.
En Rivas, la ONG Rivas Sahel, miembro de la mencionada coordinadora, lleva casi 30 años sacando adelante el programa ‘Vacaciones en Paz’ con el apoyo permanente del Ayuntamiento de Rivas.
El objetivo de este programa, según se recoge en el convenio de colaboración entre Rivas Sahel y el Ayuntamiento de Rivas, que es quien más invierte en este programa de la Comunidad de Madrid, es «mejorar las condiciones médicas, alimentarias y de vida de los niños y niñas saharauis durante la época estival». Esta es su historia y su realidad.
Cualquiera de los campamentos de refugiados saharauis ubicados en la zona de Tinduf, en Argelia, tienen varias cosas en común: una es el polvo, la arena, omnipresentes; otra es la férrea voluntad de sus habitantes de hacer de esos espacios un hogar. Y, desde luego, tienen en común también el calor asfixiante del verano, que puede llegar a marcar los 50º centígrados.
Las niñas y niños en esos campamentos tienen escuelas y puestos médicos, pero no sobra el agua, como podrán imaginar, y eso, en esos veranos de temperaturas extremas, supone un problema importante.
Desde hace más de cuarenta años, la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara viene llevando a cabo un programa, llamado ‘Vacaciones en paz’, por el que se gestiona la venida a España de la mayor cantidad posible de niñas y niños de esos campamentos de refugiados, con el fin de que, al menos durante un par de meses, puedan huir de las temperaturas sofocantes y disfrutar de un breve periodo de paz y diversión.
¿Refugiados? ¿Por qué?
Para quien no lo sepa o no lo recuerde, el Sáhara Occidental era, hasta 1976, una provincia española. En el contexto de la descolonización que venía dándose en África, el gobierno del dictador Franco debería haberse planteado negociar ese proceso descolonizador con las fuerzas sociales y políticas saharauis que venían reclamándolo.
El Comité Especial de Descolonización, un organismo perteneciente a la ONU, había incluido el territorio entre aquellos denominados «no autónomos» pero que debían ser descolonizados. El país responsable de llevar a cabo el proceso era España, pero los Acuerdos de Madrid (firmados por España, Marruecos y Mauritania en 1975, pero no reconocidos por el Derecho Internacional) habían planteado ceder la administración del mismo conjuntamente a los dos países norteafricanos.
Mauritania terminó declinando su responsabilidad y quedó Marruecos, que presionó a España con la conocida como ‘Marcha Verde’, que congregó a cientos de personas que se dirigieron hacia el territorio saharaui exigiendo su adscripción al reino marroquí. El Gobierno de Franco cedió a estas presiones y retiró en 1976 a sus fuerzas armadas del territorio, abandonándolo a su suerte sin cumplir con su responsabilidad como potencia administradora en un proceso no finalizado de descolonización.
Inmediatamente después de este acto, los saharauis declararon su independencia y se constituyeron como República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Se trata de un estado reconocido actualmente por 82 países pertenecientes a la ONU, si bien algo más de 50 de ellos han congelado o cancelado su relación diplomática, fruto en buena medida de las presiones marroquíes. Naciones Unidas sigue considerando a España oficialmente como «potencia administradora», al no haber reconocido los Acuerdos de Madrid.
Una parte del territorio del Sáhara que había estado en poder de España quedó en manos de Marruecos, mientras que otra parte fue declarada por la RASD (y por el Frente Polisario, verdadero artífice de la independencia saharaui) como ‘Zona Liberada’. La situación de guerra entre Marruecos y la RASD se prolongó hasta que en 1991 se alcanzó un acuerdo de alto el fuego permanente entre ambos contendientes avalado por la ONU. Ese alto el fuego quedó roto en 2020, tras el ataque de fuerzas marroquíes contra un puesto fronterizo de la RASD, en Guerguerat, muy cerca de Mauritania. Desde 1991 las y los saharauis que no han piodido alcanzar la ‘Zona Liberada’ residen en los campos de refugiados ubicados en territorio argelino.
‘Vacaciones en paz’ desde 1996
El programa ‘Vacaciones en Paz’ viene desarrollándose en España desde 1979. En Rivas, desde 1996 el programa es una realidad gracias al trabajo de Rivas Sahel y al apoyo del Ayuntamiento, que, a través de los programas de cooperación internacional municipales, financia y acompaña el desarrollo de las actividades. En el caso de Rivas Sahel, además de Vacaciones en Paz, el Ayuntamiento apoya actividades como la Legua Solidaria, la caravana solidaria 4X4, el proyecto Madrasa y el de aulas informáticas.
El apoyo a la cooperación internacional es una de las señas de identidad de la ciudad de Rivas, siempre solidaria y hermanada con el Sáhara. De hecho, Rivas fue uno de los primeros municipios en reconocer la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). También es el municipio, solo por detrás de Madrid ciudad, que más presupuesto destina a ‘Vacaciones en Paz’ de la región.
Este años Rivas Sahel (que gestiona a nivel local este programa; animamos a ver el videorreportaje que Rivas Actual realizó en 2013 sobre cómo se desarrolla este programa en el municipio) ha traído a 25 niñas y niños este año.
Se procura que sean acogidos por la misma familia, gracias a lo cual es frecuente que ésta sea testigo del crecimiento, en todos los sentidos, de ese nuevo miembro ‘temporal’. Se crean lazos con el chico o la chica, pero también con las familias biológicas, mediante cartas o por conexión por internet cuando ello es posible. Y, claro, se hace más presente aún la injusta situación por la que atraviesan, desde hace décadas, las y los refugiados saharauis.
Dos meses de paz, diversión… y más cosas
‘Vacaciones en paz’ se desarrolla a lo largo de dos meses, cubriendo desde finales de junio a finales de agosto, el periodo de más calor en los campamentos de refugiados.
En esos dos meses las y los niños disfrutan de una variada gama de actividades, desde la estancia en sí misma con las familias de acogida (que ya, muchas veces, son motivo de alegría para los chavales), hasta visitas a parques de atracciones, unos días de acampada, piscinas…
También se incluye una atención médica: la clínica dental local Everest mantiene desde hace muchos años una colaboración con Rivas Sahel para hacer una revisión dental a las niñas y niños que llegan a Rivas. Por su parte, la óptica Atenea ha hecho gafas gratis a las niñas y niños que lo han necesitado.
Otras entidades han colaborado también, por ejemplo, haciendo «un buen descuento en la limpieza de las cabecitas de las niñas«, según explican desde Rivas Sahel.
Y se hace un seguimiento de sus estudios, aunque sea a nivel básico. Porque a otro nivel, un proyecto de Rivas Sahel, que lleva por nombre ‘Madrasa’, procura, a lo largo del curso escolar, estancias educativas continuadas educativos a niños y niñas saharauis que puedan llevarlas a cabo.
Recuperando el nivel de antes del COVID
La pandemia del COVID-19 marcó un punto de inflexión en el programa. Al tratarse de algo que afectó a todo el planeta, ningún país que colabora con este programa o con otros similares se libró de sus consecuencias: la interrupción brusca del mismo.
Antes de esa pandemia, a Rivas venían llegando alrededor de 40 niños y niñas cada verano, una cifra muy alta a la que se fue llegando progresivamente desde el inicio del programa, en el que Rivas Sahel trabaja desde 1996.
2020 y 2021 fueron dos años en blanco, tras los cuales se recuperaron las ‘Vacaciones en paz’. Pero la bajada en el número de niñas y niños que fue posible acoger fue muy significativa. La presidenta de Rivas Sahel, Olga Castro, explica, sin embargo, que «Desde 2022, en que comenzamos de nuevo, vinieron 15 niñas y niños, y hemos ido aumentando hasta los 25 de este año».
Ese aumento de las cifras animan a Rivas Sahel a dirigirse a la ciudadanía de Rivas pidiéndole a nuevas familias que se hagan socias de la ONG y que se conviertan en familias de acogida en este programa de ‘Vacaciones en paz’. Así lo plantearon en el acto de despedida de las niñas y niños en este 2024 (en el que intervino la Alcaldesa, Aída Castillejo), y así lo vienen recordando y planteando desde hace años.
Olga Castro, presidenta de Rivas Sahel: «Lo ideal sería que no tuviera que existir ‘Vacaciones an Paz’
Olga Castro es presidenta de Rivas Sahel. Hemos hecho esta entrevista con ella para que nos cuente más acerca del programa ‘Vacaciones en Paz’:
RIVAS ACTUAL: El programa Vacaciones en Paz tiene mucha solera en Rivas. ¿Cuánto tiempo lleváis con él y qué balance hacéis en Rivas Sahel de todo ese tiempo?
OLGA CASTRO: El programa Vacaciones en Paz lleva desarrollándose en Rivas desde 1996, después de la pandemia hemos notado un descenso importante en el número de familias, hemos percibido que la gente cada vez empatiza menos y es menos solidaria, algo que creemos que es general en esta sociedad.
R.A.: Rivas no es el único municipio en el que se lleva a cabo un programa como este, pero sabemos que hay algunos en los que el programa ha sufrido distintas vicisitudes, incluso se ha llegado a cancelar. ¿Qué diferencia a Rivas de otros sitios para que aquí se continúe con ello?
O.C.: Lo principal es el respaldo incondicional de toda la Corporación municipal y las actividades de visibilizacion y financiación que realiza Rivas Sahel, gracias a todas y cada una de las personas que la forman.
R.A.: Una de las características del programa es que preferentemente vienen las mismas o los mismos niños cada año. ¿Cómo valoran esta característica las familias y vuestra ONG?
O.C.: El programa consiste en traer niñas y niños en edades comprendidas entre los 8 y 11 años con un tiempo máximo de tres años.
R.A.: En el curso de esas vacaciones que las niñas y niños disfrutan se incluyen muchas actividades. ¿Podrías hablarnos de ellas, empezando por las que más suelen gustar a las y los chavales?
O.C.: Intentamos organizar muchas actividades, la fiesta de bienvenida les encanta y emociona, el finde semana que pasamos en el camping ninguno se lo quiere perder. Intentamos hacer muchas actividades y vernos muy a menudo. Este año hemos hecho muchas actividades: fiesta de bienvenida en Rivas, fiesta de bienvenida de todas las niñas y niños de Madrid en Torremocha del Jarama, fin de semana en el Camping del Canto se la Gallina en Valdemaqueda, donde nos hacen precio especial y nos tratan estupendamente, partido de baloncesto de la selección masculina en el Wizik Center, invitados por la FEB, un día en la Warner, un día en el Parque dé Atracciones, excursión al centro europeo de Astronomía en Villafesnca del Castillo, recepción en la Asamblea de Madrid, donde nos recibieron el Presidente de la Asamblea y diversos parlamentarios, recepción en el Congreso de los Diputados donde donde nos recibieron la Vicepresidenta del Gobierno Yolanda Diaz, la ministra se Sanidad Monica García y la Diputada Tesh Sidi, recepción en el Ministwrio de Indancia y Juventud donde estuvimos con la Ministra Zaira Rego, visita a los bomberos de Madrid. Y también hemos estado en Atlantis en el Centro Comercial Xanadu.
R.A.: ¿Consideráis que el programa podrá seguirse desarrollando sin problemas en los próximos años? ¿Qué expectativas tenéis?
O.C.: Lo ideal sería que este programa no tuviera que realizarse y estas niñas y niños crecieran en su país libres de la ocupación marroquí, pero como de momento eso no puede ser, desde la asociación apostamos por continuar con el Programa de Vaciones en Paz y que cada año sean más las familias que quieran participar en él.