Según escuchaba a Emilio Ortiz dirigirse ayer al público que llenaba la sala, me preguntaba si las cosas que decía (hablaba de problemas de la gente joven con las adicciones) les llegarían a las varias decenas de jóvenes que contribuían a abarrotar ese espacio. Una mirada a las caras de todos ellos desvelaba fácilmente el misterio: no sólo les llegaba, sino que seguían con profundo interés cada palabra, cada anécdota y cada propuesta.
La sala, en el Centro Social Covibar, albergaba el acto de presentación al público de Be You. Una iniciativa personal de Emilio en la que está acompañado por Lola Sánchez, estudiante de psicología y experta en Reiki; y Rocío Marín, psicóloga también y ‘coach’, absolutamente convencidas ambas de su trabajo. Be You es la prolongación de la forma que hasta hora ha tenido de trabajar Emilio Ortiz con las personas que necesitan de sus conocimientos y su experiencia.
En la presentación le acompañaban algunas de las personas que a lo largo de los años han llegado a hacerse amigos personales de Emilio Ortiz a partir de conocer su forma de trabajar y su preocupación y dedicación a los problemas de los otros. Juan Carlos Hervás, director del Instituto Profesor Julio Pérez; David Valera, agente de Policía Local de Rivas; Alejandro Moreno, agente de la Policía Judicial del puesto de Guardia Civil de Rivas; y Paco Buyo, empresario y ex-futbolista prefesional del primer equipodel Real Madrid. Ni uno solo de ellos ha dejado de poner en valor el trabajo de Emilio Ortiz y el que están seguros hará Be You.
Pero volvamos al público que llenaba la sala. No es de extrañar la presencia en ella de tantos jóvenes, porque Emilio Ortiz, para quien no le conozca, lleva más de quince años dando charlas y realizando talleres en institutos de Rivas y de otros municipios, de forma desinteresada, para hablar a los alumnos de las adicciones, de la realidad que hay tras ellas y de la necesidad de vencerlas. Siempre que imparte una de estas charlas o talleres, la sala donde lo hace está llena. ¿Cómo se consigue eso hoy en día con jóvenes entre 13 y 17 años?
A la vista está uno de los secretos de Emilio: aunque hace tiempo que entró en la cincuentena, su gorra, su barba, su cabeza rapada y sus tatuajes hasta en los nudillos le alejan mucho de lo que esos jóvenes ven, probablemente, en usted o en mí. Desde luego, en mí verán una persona de sesenta años vestida de persona de sesenta años y con maneras y formas de hablar propias de persona de sesenta años. En Emilio, no.
Les desvelaré otro secreto, éste ya un poco más difícil de conocer: Emilio Ortiz es psicoterapeuta experto en adicciones, pero su graduación no llegó por el simple (aunque siempre meritorio) sistema de estudiar una carrera o hacer unos cursos y aprobarlos. Eso, también. Lo que convierte en especial ese título, en su caso, es que llegó a obtenerlo por medio de Proyecto Hombre, que es quien le formó. Y antes de llegar a esa entidad para formarse, lo había hecho para desintoxicarse de su adicción a la cocaína. Se desintoxicó y, en el camino de hacerlo, encontró dentro de sí mismo a otra persona que, quizás, no conocía. Una persona decidida a ayudar a los demás, aunque especialmente a quienes sufren algún tipo de adicción.
Puestos a desvelar secretos, ahondaremos un poco más: Emilio no se limita a escuchar y aconsejar. Emilio coge el teléfono prácticamente a cualquier hora del día o la noche y escucha el problema que le plantea un padre o una madre angustiados porque no consiguen sacar a su hijo o hija de la espiral del consumo de drogas o de otro tipo de adicciones. Y porque su vida se está cayendo a pedazos y no ven escoba suficientemente grande para recogerlos, ni pegamento bastante potente para unirlos. Y Emilio llega a salir de su casa de noche para ir a esa otra casa y sentarse a hablar con esos padres y con ese hijo o hija. Muchas veces consigue, oh, milagro, que sean los propios jóvenes quienes se dirijan a él tras una charla, o porque se lo ha contado algún amigo, y le expliquen que están enganchados a algo. Y le piden que les ayude.
El resultado, claro está, es que su Facebook y su teléfono están permanentemente llenos de mensajes de agradecimiento y, de cuando en cuando, de llamadas de socorro. Son las personas que dejan esos mensajes y las que hacen esas llamadas quienes cuentan a otras, a medida que van saliendo del pozo o según entran en él, quién les ha ayudado o les está ayudando. Le dan su teléfono y al cabo de unos días Emilio Ortiz recibe alguna nueva llamada.
¿Por qué, entonces, Be You, si ese trabajo inmenso ya lo estaba realizando por sí mismo? «Llega un momento en que te das cuenta de que la terraza de un bar o un banco del parque no son sitios adecuados para tratar los problemas con los jóvenes o con sus padres. Problemas que atañen a asuntos muchas veces muy íntimos, y que requieren un espacio de intimidad en donde contarlos y en donde llorar y transmitir a alguien la angustia que les invade».
Así que han cogido un local en el Centro Comercial Covibar, en pleno corazón del barrio del mismo nombre, y desde allí, a partir de mediados de mes aproximadamente, ofrecerán un espacio adecuado para recibir, escuchar, atender y acompañar a personas, especialmente jóvenes, que sufran un problema de adicciones.
Adicciones, no sólo adicción. El plural lo destaca constantemente Emilio Ortiz porque «cometemos un grave error si al pensar en adicción sólo pensamos en drogas». Es consciente, porque su formación se lo dice y porque su experiencia se lo confirma, de que cada vez hay más adicciones a cosas que no son lo que comunmente conocemos como drogas. «El juego es una de las nuevas y peligrosísimas adicciones», explica. «Y desde luego lo son también las redes sociales mal usadas», sentencia.
Ese trabajo de escuchar, atender y acompañar se verá complementado con psicoterapias y técnicas que buscan ofrecer una vía positiva para salir de ese pozo negro en que muchas personas se ven metidas «también en Rivas, no nos engañemos». Sus compañeras, Lola y Rocío, se encargarán de ello, aunque no serán las únicas. «Detrás de nosotros tres hay un equipo de gente altamente profesional y especializado a quien derivaremos aquellos casos que requieran soluciones más allá de las que podamos ofrecer por nuestros medios», explica. Otras asociaciones, como Perrutis, colaborarán también con Be You ofreciendo alternativas con resultados terapéuticos para contrarrestar las adicciones.
Perrutis (de la que Emilio es vicepresidente) nació, precisamente, para abordar ese tema de las adicciones ofreciendo una alternativa a la mera denuncia y sanción por tenencia o consumo de drogas. Enseñan a jóvenes a educar y adiestrar a sus perros y les dan, con ello, un objetivo y una forma de conseguirlo que ayuda a alejarles de los ambientes en que han adquirido una determinada adicción. Perrutis fue creada por David Valera, agente de la Policía Local de Rivas que perteneció a la Unidad Canina que ese cuerpo tuvo hasta hace unos años. La Unidad fue desmantelada, pero Emilio Ortiz explica que «es tremendamente necesaria» y anima al Ayuntamiento a volver a ponerla en pie.
Mientras tanto, lamenta que las administraciones (especialmente las más cercanas) no contemplen este tipo de trabajo, muy alejado de los tradicionales conceptos de centros de atención al drogodependiente, como algo a apoyar y sostener. Pero entre lamento y lamento, ha decidido abrirse camino y ofrecer, de forma profesionalizada y eficaz, esa atención y esa disposición a escuchar y a acompañar a quien lo necesita.
«Sé tú mismo», es la traducción al castellano de ese nombre, ‘Be You‘, que Lola, Rocío y Emilio han puesto a su iniciativa. Y es un nombre adecuado, porque tras el trabajo que hacen y quieren seguir haciendo se esconde un objetivo claro: que cada persona pueda ser ella misma y tener una vida libremente elegida, sin que las drogas u otras adicciones les roben esa libertad.