Ayer martes 15 de mayo, festividad de San Isidro, el Santo recorría las calles del Casco Antiguo en procesión. El último día de Fiestas finalizaba con una gran paella popular y el pasacalles musical STEAMFUNK SHOW.
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Como es tradición cada 15 de mayo, se celebró en Rivas la procesión en honor a San Isidro por las calles del Caso Antiguo. A las 13 horas, el santo hizo el recorrido habitual por las calles de la localidad, portado en unas andas con cuatro porteadores relevados por turnos y saliendo y llegando de la parroquia de San Marcos y como es habitual, haciendo la parada en el parque de Miralrío para bendecir los campos y las cosechas.
Posteriormente, a las 13.30 horas se celebró en la plaza de la Libertad del Casco Antiguo la tradicional limonada popular organizada por la Asociación de Vecinos Centro Urbano de Rivas, que contó con la música de la Agrupación Musical de Mejorada del Campo, que anteriormente acompañó la procesión.
Ya a las 14:30, en el parque de San Isidro, tenía lugar tradicional paella popular organizada como todos los años por la Asociación Deportivo Cultural Parque Sureste. Alrededor de 1.500 raciones de paella, por solo un euro, para las que se utilizaron 150kg de arroz, 300 litros de agua, 100kg de verdura, 25kg de pimientos rojos y verdes, 10kg de caracoles, 7,5kg de sal, 20 litros de aceite, 20kg de tomate, 100kg de pollo, 30kg de conejo y 20kg de pato.
Numerosas familias abarrotaban en Parque de San Isidro para degustar esta paella y compartir con familiares y amigos comida y bebida en un ambiente festivo, amenizado por la charanga CONTRAPUNTO que recorría el parque y las calles del Casco.
La jordana finalizó a las 20:00 horas con la actuación del pasacalles musical STEAMFUNK SHOW de la compañía EL PUNTILLO CANALLA BRASS BAND (Segovia). El Puntillo Canalla son una banda de calle formada por 11 profesionales que ofrecen un show, cuya regla de oro es que cualquier persona que empiece a verlo y escucharlo, bien por afición, curiosidad o casualidad, permanezca y se quede hasta el final. Para ello, ofrecen un estilo propio y singular que, con rigor y desparpajo, mezcla el jazz y funky de las míticas bandas callejeras americanas, la fuerza y potencia de las fanfares francesas y como no, el ánimo festivo de las tradicionales charangas españolas.