Rivas Ecópolis ha perdido esta mañana su eliminatoria de semifinal de Copa de la Reina (61-51) contra Ros Casares, un equipo que esta temporada no encuentra rival en España ni casi en el mundo. El partido ha sido emocionantísimo y la igualdad, muy grande hasta poco antes del descanso, en que Ros consiguió irse por primera y definitiva vez en el marcador. A pesar de ello, a dos minutos del final todavía un intento de triple de Aguilar pudo haber puesto a Rivas a sólo cinco puntos de su rival.
Vaya por delante: Ros Casares tiene el mejor equipo de España, con diferencia. Perder contra ese equipo no es que sea para llorar de alegría pero desde luego no es para hacerlo desconsoladamente. Al menos si se pierde en la forma que lo ha hecho esta mañana Rivas Ecópolis, en su partido de semifinal de Copa de la Reina jugado en Arganda. El partido ha sido muy emocionante, pero no tanto por la adrenalina que puede generarse en partidos como el definitivo de la eliminatoria contra Bourges, por ejemplo. Más bien la emoción viene de contemplar un esfuerzo casi sobrehumano en unas jugadoras no precisamente carentes esta temporada de esfuerzos de ese tipo.
Rivas consiguió que el marcador del pabellón Príncipe Felipe no se moviera de un lacónico 2-2… ¡hasta pasado el minuto 6 del primer cuarto! Eso, contra un equipo como Ros Casares, sólo puede conseguirse jugando una disciplinada y agotadora defensa que no dejó ningún hueco, ningún metro sin cubrir. Evidentemente, tampoco Rivas consigiuó salir de ese impasse y aprovechar la sequía a la que obligaba al Ros Casares, pero uno puede entender perfectamente que Miguel Méndez estuviera preocupado, en primera instancia, con secar a las rivales. «Que ellas no metan, ya llegará el momento en que nosotras sí lo hagamos», podría haber sido el pensamiento del técnico gallego del Rivas Ecópolis.
La primera parte de la táctica la cumplieron, y no sólo hasta el minuto 6, sino durante todo el primer cuarto (que terminó con un insólito 12-12). En el segundo cuarto las cosas continuaron discurriendo por los mismos derroteros y Méndez volvió a mover sabiamente el banquillo alternando a la mermada Nicholls con Krivacevic y unas gotas de Pirsic, mientras daba descanso a Aguilar y hacía entrar en juego a Gema García. Todas las que estuvieron en la cancha cumplieron igual de bien su papel agotador… hasta dos minutos antes del descanso. Fue entonces cuando Ros Casares labró su pase a la final de la Copa. Una bajada de la concentración defensiva de Rivas hizo que en tan sólo dos minutos Ros Casares se fuera desde los dos o cinco puntos que estaba teniendo de ventaja, a los doce con que se fue al vestuario. Fue Murphy la encargada, en esos segundos, de acuchillar a Rivas con cuatro jugadas, pero dada la calidad de las jugadoras ches, casi podría haber sido cualquiera.
La capacidad de recuperación de un gran equipo
Cualquiera podría haber bajado los brazos en esos segundos. Contra Ros Casares, no sería nada extraño. Sin embargo, el cuerpo técnico y las jugadoras del Rivas Ecópolis no lo hicieron. Volvieron a la cancha y se pusieron manos a la obra para rebajar las distancias, cosa que lograron muy poco a poco y con avances y retrocesos. El tercer cuarto resultó ser de transición, con ambos equipos un punto más relajados en la ferocidad defensiva. Hay que alabar aquí la labor de los árbitros, que arbitraron muy bien el partido sin influir para nada en el resultado y dejando jugar a dos defensas que sabían lo que se hacían pero en las que nunca se apreció mala voluntad por un lado ni por otro.
El último cuarto, Rivas retomó la faena tras el respiro y volvió a secar a las valecianas en muchas ocasiones. Sancho Lyttle, una extraordinaria jugadora con unas condiciones físicas espectaculares, falló cosas absolutamente increibles, en buena medida porque parecía desquiciada por la labor defensiva coral de las ripenses.
En ese último cuarto hubo un momento, con 59-51 en el marcador, en que un tiro lejano de tres de Aguilar pudo haber puesto las cosas en un más que interesante 59-54. Son esos momentos que tienen todos los deportes, pero quizás el baloncesto especialmente, en que una especie de corriente de energía circulante pasa por un sitio, se detiene una décima de segundo y parece dudar si dirigirse hacia un lado o hacia el contrario. Tras dar en el aro, el balón se fue hacia fuera y la corriente de energía optó por el lado de Ros. No es posible saber qué hubiera sido del partido si ese triple hubiera entrado, pero lo cierto es que a tan sólo dos minutos del final del partido, Rivas pudo ponerse a cinco puntos de Ros Casares, cuando había estado a doce.
El de esta mañana ha sido uno de esos partidos en que no es posible reprochar nada a nadie. Rivas Ecópolis ha hecho más de lo que podía esperarse con una plantilla más castigada que ninguna otra en esta temporada. Esperemos que el espíritu de equipo que de manera notable se ha ido acrecentando estas últimas semanas, la piña que se hace ante la adversidad, continúe siendo decisiva en los dos partidos que espran en pocos días al equipo de Méndez, primero en Vigo y después en Canarias.
En el deporte de élite no se puede vivir de recuerdos, es cierto, pero el de esta mañana es para guardarlo y contarlo muchos meses después.
Estadística del partido
Perfumerías vence a Girona por un apretado 71-67
En la otra semifinal, jugada esta misma tarde en el pabellón Príncipe Felipe, de Arganda, Perfumerías Avenida se ha impuesto por un estrecho margen (71-67) a Girona. La final de la Copa de la Reina la jugarán, pues, el equipo valenciano y el salmantino, mañana domingo a las 11 de la mañana en el mismo pabellón.