El alcalde de Rivas, Pedro del Cura, mantuvo ayer una reunión con la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, para abordar la preocupante situación de Valdemingómez, el área de la Cañada Real en el eje de la autovía A3 colindante con Rivas. En este encuentro, solicitado por el Gobierno local, el alcalde defendió que “el Ministerio de Interior no puede seguir mirando a otro lado ante el mayor supermercado de la droga de Europa del Sur. Pedimos mano dura contra el narcotráfico para acabar con los que se hacen millonarios con la muerte de cientos de personas. No puede haber tolerancia con este crimen organizado. Dejar las cosas como están no es una opción”.
El alcalde recordó que “uno de los principales responsables de la actual situación es la Comunidad de Madrid. Son los autores intelectuales de la Cañada Real porque consideran que la marginalidad debe esconderse bajo la alfombra. Primero esconden el problema en un lugar donde no les molesta y luego niegan la mayor. Sus políticas han permitido que Valdemingómez se convierta en un polvorín de droga y marginación. En su día ya eliminaron todos los dispositivos y programas de atención a las personas toxicómanas y luego optaron por engañar con promesas sobre la Cañada Real que sabían que no iban a cumplir, pero que provocaron un efecto llamada y aumentó la frustración. El balance es trágico”.
“Ayer solicité a la delegada del Gobierno ‘mano dura’ contra el narcotráfico que en la Cañada Real ha adquirido proporciones descomunales y hoy he pedido una reunión urgente al presidente de la Comunidad de Madrid para abordar esta situación dramática. Llevamos tiempo reclamando un giro copernicano en la política social de la Comunidad de Madrid, porque se comportan como bomberos pirómanos capaces de provocar un incendio que luego no podamos apagar. No es posible que unos y otros sigan encogiéndose de hombros mientras los vecinos de Rivas sufrimos las consecuencias. Reclamamos tolerancia cero y mano de hierro con el narcotráfico” señala Pedro del Cura.
El Consistorio abrió el pasado mes de noviembre una Oficina de Policía de Local en el barrio de Covibar, para reforzar la presencia de agentes en una zona castigada por los pequeños delitos derivados de la situación denunciada. «Cualquier solución definitiva pasa por desmantelar este supermercado de la droga, y para ello necesitamos la intervención de los gobiernos central y autonómico».
