Con un total de 106 parejas que anidan permanentemente en la ciudad, entre 4.000 y 5.000 que la toman como escala temporal en la época de migración, y un pico puntual de hasta 40.000-50.000 en los últimos días de agosto, Rivas se convierte en referencia para esta ave que de siempre ha sido emblemática del municipio. El crecimiento urbano y la masificación de los vertederos ha producido un cambio sustancial en su comportamiento migratorio: los individuos adultos prefieren no irse a África y en gran parte toman Rivas como «lugar de residencia habitual».
Los cambios que se producen en la sociedad y que afectan a especies como la cigüeña blanca, pueden tomarse también como elementos importantes que nos dirán muchas cosas acerca de cómo afectarán esos mismos cambios a las ciudades y sus habitantes en el futuro próximo. Es lo que ha venido a decir Fernando García, presidente de la Fundación Iberdrola, quien ha intervenido en la presentación de la monografía ‘Migración y ecología espacial de la cigüeña blanca en España’, llevado a cabo por la ONG SEO/Birdlife. La Fundaci`´on Iberdrola es la principal patrocinadora del programa Migra, dentro del cual se ha realizado la investigación relativa a la migración de la cigüeña blanca.
El libro que reúne esa investigación, presentado esta mañana en la biblioteca del Casco Antiguo, recoge el trabajo realizado por biólogos a lo largo de siete años, anillando alrededor de 1.500 aves de esta especie, la mayoría de ellas con el sistema tradicional pero cerca de 80 con anillas más modernas, que utilizan la señal GPS para ubicarlas en cada momento. El trabajo se ha realizado con la colaboración de diferentes entidades, entre las que se encuentran el Parque de Doñana y otras de Suiza y Alemania.
El resultado es una completa radiografía de los cambios que se han producido en la pauta migratoria de la cigüeña blanca. Las conclusiones presentadas hoy interpretan que los cambios en la realidad urbana, el crecimiento demográfico y, con él, el de la existencia de macrovertederos, han llegado a cambiar esa pauta migratoria. «Las parejas adultas han aprendido que es mejor no realizar un viaje de más de 2.000 Kms hasta el centro de África, sino quedarse en España. Y dentro de España, el municipio de Rivas y otros cercanos, son el punto de referencia fundamental», ha explicado la doctora Ana Bermejo, coordinadora del programa Migra, en cuyo marco se ha realizado la investigación. Según Bermejo, alrededor de la mitad de parejas de cigüeña blanca no migra ya en invierno hacia la zona del Sahel, en África, sino que permanece en España o en el norte de África.
Por su parte, Juan Carlos del Moral, coordinador de Ciencia de SEO/Birdlife, ha añadido que «la población de cigüeña blanca, aunque prácticamente estabilizada en estos momentos, ha ido creciendo desde la época en que tuvo que calificarse como protegida a la especie». Para Del Moral «el aumento de posibilidades de obtener alimento que los vertederos y otros puntos ofrecen a este ave, han sido determinantes a la hora de producir estos cambios en la pauta migratoria», porque «las aves no emigran debido al frio, sino a la falta de alimento que sufrían en otras épocas». Sin embargo, también ha señalado que «los vertederos facilitan alimento de manera más cómoda para el ave, pero también suponen un peligro notable: muchas mueren asfixiadas porque confunden cuerdas y plásticos con pequeños reptiles que forman parte de su dieta, o mueren ahogadas por cuerdas que han utilizado al confeccionar sus nidos».
Una gran población, pero no en la trama urbana
Félix Martínez, biólogo del Parque Regional del Sureste, ha dado algunos datos interesantes acerca de la realidad de la cigüeña en Rivas: «Mucha gente tiene la sensación de que Rivas está llena de puntos en que las cigüeñas hacen sus nidos, pero esto no se corresponde con la realidad». Martínez ha asegurado que «alrededor del 80% de las parejas de cigüeña blanca presentes en el municipio nidifican sobre árboles, en las fincas de El Piúl o Casa Eulogio».
La percepción de sobrepoblación de cigüeñas, con la consiguiente aparición de molestias y peligros derivados, no se corresponde, según estos datos, con la realidad. Esa percepción «popular» muestra una especial preocupación por la suciedad que muchas veces se produce por estos nidos, y especialmente el riesgo de hundimiento de tejados fruto del enorme peso que pueden llegar a tener (de hasta 600 kilos).
También ha dado cifras concretas respecto a cuánto asciende esa población de cigüeñas en distintas épocas del año: alrededor de 106 parejas que anidan permanentemente en Rivas y su término municipal; entre 4.000 y 5.000 que hacen una escala más o menos prolongada en el municipio (lo cual incluye la parte del mismo que está dentro del Parque Regional del Sureste) en la época migratoria y que finalmente terminan yéndose, la mayoría sólo hasta el Norte de África; y una cantidad de entre 40.000 y 50.000 cigüeñas que de forma puntual (en torno a la última quincena de agosto, habitualmente) llegan a pasar por esta zona.