Vencen (75-68) al Galatasaray turco, propietario de la cancha, con Aguilar, Jones y Carson en plan abrumador y dejando pequeña a una gran Taurasi. Al descanso llegaron empatadas a 52 y cuando muchos podían esperar la reacción final de las turcas, lo que ocurrió fue que Rivas insistió en una defensa digna de record y comenzó a engordar el marcador hasta llegar a ponerse 11 puntos arriba.
Cuesta reaccionar después de que suene la bocina de final de partido en el Abdi Ipekçi y el marcador contra el equipo anfitrion registre una diferencia de siete puntos a favor de Rivas Ecópolis. Y no porque fuese imposible imaginar una victoria de las ripenses en su partido inaugural, sino por la pasmosa tranquilidad con que las jugadoras han jugado todo el partido, la alucinante normalidad con la que han ido subiéndose a la chepa del Galatasaray, rebote tras rebote, triple tras triple, sin que un plantel de jugadoras que enloquecería a cualquier entrenador pudiese hacer nada por evitarlo.
Es evidente que los cuatro triples de Aguilar, los 19 puntos y 13 rebotes anotados por Jones y el constante dolor de cabeza que Carson ha sido para sus defensoras, junto a los innumerables rebotes ofensivos capturados por casi todas las jugadoras de Rivas (probablemente Charles y compañía reciban una bronca más que regular esta noche), las cinco personales de Taurasi, aunque ya a segundos del final, y los innumerables fallos bajo canasta de Tina Charles expliquen el resultado. Pero puestos a explicarse, el argumento que seguramente lo haga mejor que cualquier otro es que Rivas Ecópolis es un equipo. Pondríamos mayúsculas si no fuera un atentado al libro de estilo, porque merece la pena remarcarlo, pero lo repetimos: es un equipo.
Hoy, las jugadoras de Rivas Ecópolis han sabido jugársela cuando tenían que hacerlo individualmente, pero han defendido y han forjado los ataques como un equipo, con el banquillo jugando también a escasos metros de la muñeca de cada jugadora que estaba en la cancha. Y como da la casualidad de que las jugadoras tienen mucha calidad, las cosas salen.
Es cierto que haber ganado hoy a Galatasaray no es garantía de hacerlo mañana sobre Beretta Famila Schio. No es que después de esta victoria haya, objetivamente hablando, muchas más razones que ayer para soñar con quedar entre las cuatro mejroes de Europa (por no hablar de otras cosas), pero lo cierto es que el equipo podría conseguirlo. De hecho, si mañana ganase a Beretta Familla y Galatasaray perdiese con Fenerbahce, Rivas tendría asegurada la segunda plaza del grupo, lo que convertiría automáticamente al equipo en uno de los cuatro mejores del continente.
Ganar también a Fenerbahce cae, sinceramente, fuera de todo cálculo razonable, en primer lugar porque probablemente se trate del equipo más en forma de toda la Final Eight en estos omentos; pero también porque sería ya el tercer partido seguido, algo que el equipo con más problemas de banquillo de cuantos juegan la fase final, tendrá necesariamente que acusar.
Pero es difícil evitar un pensamiento que a cualquiera se le viene a la cabeza: Rivas Ecópolis ha cumplido con creces con esta victoria de hoy, y si queda entre los cuatro mejores de Euroleague, habría que recomendar al gobierno de la Comunidad de Madrid que se reajustase lo necesario para dar apoyo económico a este equipo y a este club y evitar así que año tras año tenga que superar escollos casi insalvables para mantenerse por derecho propio en una élite de la que ya ahora mismo es parte.