Pierde (63-80) ante un gran Ros Casares que vio en en peligro en muchas ocasiones la victoria, pero que supo imponer su indudable superioridad en casi todos los puestos, si no por calidad (que también en algunos casos), sí por cantidad. Del buen partido jugado por las ripenses da cuenta el marcador al descanso (38-37 para las locales) y los minutos en que Clara Bermejo y sus compañeras arrinconaron al rival y le hicieron perder la posesión hasta en dos ocasiones en el último cuarto.
El partido habría sido muy distinto de contar Rivas Ecópolis con más centimetros en su juego interior, porque a pesar del enorme esfuerzo defensivo realizado por Jones y, sobre todo, por Nicholls, lo cierto es que Wauters se puso las botas a coger balones bajo el aro. Los diez centímetros que la pivot valencianista saca a sus marcadoras hacía prácticamente imposible defenderla si conseguía coger una posición en la zona. Y Roberto Íñiguez, el entrenador del Ros Casares, no sólo contaba con Wauters. Jackson y Yacoubou (esta última con mucho menos acierto) se turnaban en la zona y robaban el espacio bajo aros a las ripenses. Jackson, además, es una excelente tiradora exterior que dejó constancia de su seguridad con 12 puntos en su haber.
Rivas Ecópolis planteó su partido jugando a que las valencianas se instalaran en defensas individuales y buscando que Cruz, Bermejo y Carson intentaran entradas a canasta en las que se cargase de faltas a las defensoras. La estrategia funcionó bastante bien en la primera parte del encuentro, hasta el punto de que Jana Vesela tuvo que marcharse al banquillo en el primer cuarto con dos personales, lo que lastró el juego exterior de las toronjas, que dependieron de Jackson y Murphy, lo cual, dicho sea de paso, no es poca cosa (28 puntos entre las dos). Vesela terminó el partido con tres personales (pero con sólo 28 minutos en cancha), mientras que Lytlle y Palau llegaron a las cuatro personales. Hay que decir también que el arbitraje fue tan estricto con Ros como otras veces lo es con Rivas Ecópolis, y las valencianas pueden sentirse un tanto indignadas por alguna personal fantasmagórica que, no obstante, no resultó en absoluto decisiva.
Al descanso, las de Miguel Méndez se iban con un esperanzador 38-37 y buenas sensaciones. Sin embargo, al poco de reanudarse el partido el entrenador valenciano volvió a poner centímetros en al cancha y consiguió un nuevo despegue gracias a un parcial de 0-15 que puso el marcador en 52-67 al finalizar el tercer cuarto. El último periodo mostró toda la fortaleza de Ros Casares, un equipo llamado a ganar toda competición que se le ponga por medio esta temporada, tanto aquí como en Europa. A pesar de que las ripenses no tiraron la toalla en ningún momento, lo cierto es que las diferencias aunmentaron hasta rozar los veinte puntos y sólo bajaron cuando Ros sintió que no era necesario realizar un desgaste mayor porque el partido estaba en el bolsillo.
En conjunto, un gran partido de las ripenses, muy completo, con tres destacadas por encima del gran nivel exhibido por el conjunto: Nicholls, que estuvo inmensa, cogiendo rebotes ofensivos y defensivos inconcebibles e incluso permitiéndose un tapón antológico nada menos que a Sancho Lyttle (de la cual, por cierto, hay que decir que pocas veces se puede ver a una jugadora de tanto talento y tanta soberbia y malos modales); junto a ella, Anna Cruz y Clara Bermejo hicieron un partido espléndido.
Sólo hay que lamentar que a Jelena Dubljevic no le saliera casi nada de lo que intentó (e intentó muchas cosas en los 17 minutos que estuvo en cancha) en el partido que con toda seguridad era su segunda despedida del Cerro del Telégrafo. Asimismo, Jones no tuvo su noche, quedándose en unos anómalos 8 puntos, cuando se trata de una jugadora que ronda los veinte por partido. De nuevo en el aspecto positivo, Miguel Méndez confió en Marina Lizarazu, que jugó 12 minutos por una sobrecarga muscular sufrida por Elisa Aguilar que la tuvo en el banquillo sin poder contar en los planes de Miguel Méndez. También Marta Pérez y Kortney Treffers tuvieron sus minutos, aunque ninguna de las canteranas logró encestar.
Habrá que esperar que la llegada de la húngara Tijana Krivacevic, con sus 1,94 metros, ayude a paliar las dificultades que Rivas Ecópolis está experimentando bajo los aros. Mientras tanto, las dos derrotas consecutivas, ante Mann Filter el pasado sábado y ante Ros esta noche, han conducido al Rivas Ecópolis a bajar a la cuarta plaza en la clasificación general, empatado a victorias con Sóller Bon Día!, pero con peor basketaverage general. Algo que, visto en conjunto en el momento de finalizar el año, no refleja en absoluto un mal balance. Ningún equipo de Liga Femenina ha tenido que sufrir durante tantos partidos bajas tan decisivas como las que ha sufrido Rivas Ecópolis, y ninguno ha ofrecido unos resultados tan espectaculares, teniendo en cuenta esas bajas. El descanso, aunque sea breve, y la llegada de refuerzos permite pensar en encontrar en enero un Rivas Ecópolis renovado y listo para seguir afrontando los retos del resto de la temporada.