Rivas Ecópolis paga ante Wisla Can Pack la falta de banquillo

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Laura juega bajo canasta, defendida por Lavender (Foto Rivas Actual)
Laura juega bajo canasta, defendida por Lavender (Foto Rivas Actual)
Laura juega bajo canasta, defendida por Lavender (Foto Rivas Actual)

Rivas Ecópolis ha perdido esta tarde (62-76) el primer partido de la segunda vuelta de Euroliga, contra el Wisla Can Pack, en una demostración de la factura que la falta de banquillo, especialmente en el juego interior, le puede pasar al equipo de José Ignacio Hernández de aquí a final de temporada. El excelente partido de Laura Nicholls y de Rachel Allison no ha servido para sostener a su equipo, que sólo ha podido competir cuando le ha entrado el tiro exterior.

La marcha de Kelly Schumacher, una americana que no dio los resultados esperados, ha dejado a Rivas Ecópolis sumido en un grave dilema: ganar partidos desde el tiro exterior cuando se hace difícil lograr que las defensas rivales tengan que estar pendientes del juego interior del equipo. José Ignacio Hernández se ha quedado con sólo dos pivots para todo, lo que convierte a Laura Gil y, sobre todo, a Laura Nicholls, en oro en polvo, cuyas más minúsculas partículas hay que guardar para que no se deslicen por ninguna rendija del suelo. Esta tarde, frente a las polacas del Wisla Can Pack se ha podido ver las dimensiones auténticas de este dilema.

Tan sólo en el primer cuarto y durante algunos minutos del tercero ha podido el equipo local plantar cara y competir realmente con Wisla. Esos periodos se han correspondido con los momentos en que el equipo dirigido por José Ignacio Hernández ha podido hacer lo que sabe hacer muy bien (defender bien y salir al contrataque) y ha acertado en el tiro exterior, al menos en porcentajes suficientes para tratar de tú a tú a su rival. De hecho, todo el primer cuarto ha sido un correcalles en el que las canastas se sucedían en uno y otro tablero, con diferencias no mayores de tres puntos. Al final del primer periodo Rivas consiguió abrir una minúscula brecha en el luminoso (19-16), pero al paso del tiempo se vería lo endeble que iba a ser.

Ya en el segundo cuarto las polacas siguieron machacando el aro ripense, tanto con tiro exterior como bajo canasta. El primero era mejor defendido, aunque el acierto, especialmente de Quigley, daba alas a las polacas. El segundo, apenas si supuso un problema para las polacas, ya que Tamane y Lavender se bastaban para recibir balones sin apenas oposición. Como resultado de ello, la brecha se fue abriendo, pero ahora a favor de las visitantes. Tan sólo algunos destellos de genio de la sin par Rachel Allison, todo fuerza y coraje, y de Nicholls, salvaron los muebles, aunque no lo suficiente para impedir que el equipo polaco terminara el periodo con ventaja de diez puntos (27-37).

Tras el descanso hubo un asomo de remontada que llevó a las locales, tras pasar por un marcador adverso de hasta quince puntos, a ponerse a cinco. Pero, como suele ocurrir con rachas así, llegó un momento en que una contrataque resultó fallido y una canasta no entró. Y ahí se apagó la luz. El resto del cuarto fue un constante alejarse de Wisla, que llegó a tener hasta casi veinte puntos de ventaja. En torno a los quince se movió el resto del partido, y esa fue la diferencia final.

Rivas Ecópolis no ha jugado mal. Incluso se puede decir que ha sacado petróleo de los pocos efectivos con que cuenta. Pero lo cierto es que Nicholls, Eldebrink y Casas han jugado más de 35 minutos cada una, y el resto, a excepción de Clara Bermejo, han superado holgadamente los 22 minutos. A ese ritmo, no sólo será difícil que las jugadoras sigan «vivas» al final de temporada en Liga Femenina, sino también al final de esta ronda europea. Hernández tendrá obligatoriamente que plantearse dar muchos más minutos a jugadoras como Laura Quevedo, Vega Gimeno (cuando pueda volver a jugar, que parece que será el próximo sábado), e incluso Ceci Muhate. No tiene más donde elegir. No hay más cera que la que arde.