Rivanimal y Los Cantiles llaman a la responsabilidad con los animales en estas Fiestas

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Miembros de Rivanimal y del equipo de Los Cantiles (Foto: Rivanimal)
Miembros de Rivanimal y del equipo de Los Cantiles (Foto: Rivanimal)

La protectora de animales RIVANIMAL y el Centro de recogida de animales LOS CANTILES de Rivas Vaciamadrid, dependiente de la Concejalía de Sanidad y Protección Animal, emitieron ayer un comunicado a la ciudadanía para «concienciar sobre la tenencia responsable de mascotas, poniendo especial énfasis en estas fechas en las que muchas personas pueden estar pensando en regalar un animal».

El comunicado íntegro dice así:

Un animal no es un juguete

Rivanimal-Los Cantiles ha participado en programas de radios locales y ha visitado en estos dias varios colegios de Rivas (Hipatia y Luyfe) al que han asistido varios perros de Los Cantiles con el propósito de transmitir a los niños y niñas de 5 a 7 años que un animal no es un juguete. En estos encuentros se les pregunta a los niños cuántas veces juegan con los juguetes que les regalaron el año pasado y si se han aburrido de algunos. Acto seguido se les muestra que con un perro o un gato tienen que jugar todos los días, sacar al perro de paseo todos los días, les guste o no…Con este mensaje vamos creando conciencia que trasladan a sus casas, mediante slogans o canciones: «un animal no es un juguete». Se trata de que el mensaje cale en la etapa infantil para lograr una sociedad con ciudadanos más concienciados.

Tenencia responsable

Pero además esto llega a los padres de estos niños, en los que verdaderamente recae ahora la responsabilidad de tener un animal. Desde la protectora muchas veces detectamos cuando los padres vienen con la idea de tener un animal realmente porque lo quieren ellos o más bien «porque sus hijos se lo piden» y una de las frases que más les hace reflexionar tiene que ver con la dedicación diaria: por ejemplo si tienes un perro tienes que dedicarle prácticamente dos horas diarias todos los días; dos horas que antes las dedicabas a otra cosa…Esta responsabilidad no la puedes derivar a tus hijos…realmente son los padres los que tienen que tener muchas ganas de tener un perro o un gato. Esta reflexión, junto con otras advertencias que hacemos sobre todas las circunstancias que se pueden dar durante la vida de un animal, influyen en muchos padres a la hora de tomar la mejor decisión sobre la idoneidad de tener o no un animal a su cargo.

No compres, adopta

¿Por qué comprar habiendo tantos animales domésticos abandonados? A la hora de incorporar un animal a sus vidas, muchos padres, sobre todo los que no han tenido experiencias previas, comentan que van a comprar porque no encuentran un perro de tamaño pequeño o un cachorro en las protectoras. Una gran mayoría aún mantienen ideas equivocadas respecto al tamaño del animal y el tamaño de la vivienda. Los que llevamos mucho tiempo entregando animales en adopción sabemos que el tamaño muy pocas veces influye en la convivencia y sí es mucho más importante analizar otros factores como el estilo de vida de cada familia. Por otra parte, algunos padres se obsesionan con que sus hijos vivan la experiencia de tener un cachorro que le ves crecer y que se va adaptando mejor a ti. Lo cierto es que muchas veces este anhelo inicial se convierte a los pocos meses en un cansancio y se advierte con demasiada frecuencia que el cachorro tan mono y divertido al principio ahora es un animal adulto que estorba, es incómodo, no se adapta o incluso «ha mordido a mi niño». Ya es un problema seguir con él.

Si queremos un mundo mejor para nuestros hijos tenemos que educarles en el ejemplo. Analizar primero con seriedad cuál es nuestro estilo de vida y después ser corresponsables con el mundo que nos rodea, dando una oportunidad a los abandonados, no promover la cría de más cachorros cuando otros animales se mueren de viejos en los refugios sin haber tenido una familia y no favorecer a muchas mafias que se dedican a proporcionar a la gente las razas «más demandadas».

Los petardos me asustan

La mayoría de los animales tienen una sensibilidad acústica mucho mayor que el humano y se estresan y sufren con el ruido de la pirotecnia. Algunos incluso mueren por los sustos. Además de ser una práctica prohibida en la vía pública, la pirotecnia afecta muy negativamente a niños, a personas mayores y personas con hipersensitividad sensorial como las personas autistas. Seamos comprensivos con todos ellos y hagamos un ejercicio de empatía. Hay muchas formas de celebrar sin molestar gravemente a los demás.