En medio de un ambiente relajado y deportivo, con las autoridades políticas municipales, los directivos de la Federación de Fútbol de Madrid, todos los clubes de fútbol de Rivas Vaciamadrid, y Julián Merino, presidente de La Meca de Rivas y ganador del trofeo a la Deportividad de este año recogiéndolo de manos del ex árbitro Valentín Pizarro, se pasó la tarde noche del lunes 6 de octubre en el Polideportivo Parque Sureste.
Pero los verdaderos protagonistas fueron los imprescindibles. Durante un rato se hizo visibles a los invisibles, a esas personas humildes, trabajadoras, todoterrenos, indispensables, que son el alma de las agrupaciones deportivas y que durante ese acto se sintieron con la importancia que merece su oscuro pero brillantísimo esfuerzo.
Estos vecinos fueron los galardonados: Lorenzo Torres García, reconocido ya con anterioridad como Presidente de Honor de su club, recibió su diploma, su insignia, su botella de Bodegas Sers y el cariño y una gran ovación de los presentes. Valentín Ruiz Fernández, trabajador incansable, bondad y educación, formador donde los haya y siempre con la sonrisa en la boca, fue el segundo homenajeado.
Después, en ausencia, pues su gran corazón le había dado un susto esta semana y estaba en el hospital, Antonio Belinchón Pérez, un directivo al que no se le puede encontrar en el palco, sino recogiendo balones, arreglando riegos, organizando a los niños… Recogió el diploma su hijo.
Y finalmente, Mariano Encinas Lázaro, entrenador modesto donde los haya. Según dice él, «lo mejor de ser entrenador es encontrarse con los niños que han estado bajo tus órdenes y verlos convertidos en hombres». Y por ello le entregó el diploma David Barca (Torito), que empezó con él de alevín y en la actualidad juega en el Rayo Vallecano B.