Cuando Pablo Iglesias nombró a Yolanda Díaz como su sucesora, sin preguntarles ni siquiera a los militantes de Podemos, en manos de la elegida puso la guadaña para segar la hierba por donde pisaban.
Todos/as quienes quieren acabar con Podemos, acusan a la dirección de ‘desleales’ y ‘traidores’ por haber anunciado su paso al Grupo Mixto del Congreso de los Diputados. Nadie se acuerda ya, que fue Iñigo Errejón el primero que traicionó a Podemos, marchándose después de haber perdido en Vistalegre II (ahora aliado de Y. Díaz), y montándose una estrategia, alentada por el Partido Socialista, creando Más Madrid en un intento fallido de acabar con Podemos. También parece que ya se ha olvidado, que fue Yolanda Díaz, nada más haber sido nombrada ‘sucesora’, quien empezó a opacar a las y los
dirigentes de Podemos, a negar la defensa de las ministras cuando estas eran atacadas, a tomar decisiones por su cuenta sin someterlas a criterio común del Grupo Parlamentario (como por ejemplo el apoyo al envío de armas a los ucranianos, el incremento de las aportaciones a la OTAN, la condena a Israel por el genocidio en Palestina,…, o el cambio de postura del PSOE respecto al Sahara Occidental). Cada día sus posturas y sus actuaciones estaban más cerca de las propuestas de Pedro Sánchez. Fue Yolanda Díaz quien impuso
sus candidatos en las elecciones andaluzas y ella misma quien escondió la cabeza después del descalabro.
Yolanda Díaz ha topado la entrada de posibles candidatos/as en las listas en las elecciones generales, atreviéndose a vetar directamente a algunos/as (como Echenique, Irene Montero, R. Mayoral, etc.), precisamente las figuras más mediáticas y de mayor prestigio de Podemos. Una vez electos los diputados/as, ha tratado de manera desigual a los de Podemos respecto a los de otras formaciones, cuando el peso evidente era mucho mayor de las y los primeros. Ha impedido su visibilización pública y ha impedido que cualquiera de
ellos y ellas, tomaran la palabra en los actos protocolarios o cualquiera de los eventos oficiales. Así mismo, ha impedido que Irene Montero e Ione Belarra pudieran ser ministras, a pesar de ser las candidatas con más larga trayectoria, las más conocidas y de reconocida solvencia política.
Siempre he defendido la unidad de la izquierda, pero no a costa de estar ‘bajo el tacón de nadie’. Los ninguneos, desprecios, negaciones…, todos estos agravios tienen un colmo y un límite, ‘hasta aquí hemos llegado’. Ahora, SUMAR se plantea un Congreso Constituyente de ‘Movimiento SUMAR’ como partido político, poniendo a I. Errejón al frente (precisamente). Y un reglamento del Grupo Parlamentario en el que, entre otras cosas, se regularán las
sanciones a aquellos diputados/as que disientan de las directrices planteadas por la dirección, además de obligarles a acatar otras lealtades y sometimientos. ¡Ya era hora dicen algunos/as! Esta ruptura estaba cantada, quizás podría haber ocurrido un poco más adelante, pero sin duda era irremediable.
¿Qué hubiera ocurrido de haber continuado, a la fuerza, en el grupo de SUMAR? Pues yo creo que, enfrentamiento y bronca continua, imagen pública cada vez más deteriorada, pérdida de tiempo en reproches intestinos en lugar de hacer política… La izquierda no ganaba nada.
Podemos tiene la obligación de seguir haciendo políticas valientes, en favor de los que menos tienen, que garanticen los derechos sociales, la redistribución de la riqueza y la salvaguarda del medioambiente y todo esto solo es posible si puede exponerlo y defenderlo, allí en el foro donde se toman las decisiones.
Con el paso al Grupo Mixto, Podemos gana visibilidad, dispone de espacio y de tiempo para subir a la tribuna, para hacer sus propias propuestas, para negociar directamente con el PSOE, para hacerles virar a la izquierda, todo cuanto se pueda. Yo creo que con esta decisión, gana Podemos, pero es que creo que también gana la izquierda, las posiciones se clarifican y los/as votantes podrán votar verdaderamente a un grupo de izquierdas alternativa a las políticas que plantea el PSOE (las de SUMAR se diferencian cada vez menos de las de Pedro Sánchez). Otros dicen que Podemos pierde capacidad de financiación (absolutamente necesaria para hacer gestión política) y tampoco es cierto, los ingresos que les llegarán estando en el Grupo Mixto son similares a los que recibían dentro del Grupo de SUMAR.
Yo creo que la decisión de los diputados/as de Podemos, de salir del Grupo Parlamentario de SUMAR para hacer su propio grupo dentro del Grupo Mixto, es una buena decisión. Además, será más fácil coincidir con otros partidos como Bildu, BNG, ERC, incluso con algunos diputados/as de IU. Y eso sí es un bloque que puede condicionar las políticas sociales y otras.
Y lo que sí es seguro, es que Podemos nunca dejará caer el Gobierno de Coalición, nunca favorecerá las propuestas de la derecha. Y las propuestas que propondrá y apoyará serán siempre las que beneficien a la clase trabajadora y a los más desfavorecidos.
Están por llegar las elecciones europeas y algunas elecciones autonómicas, Podemos deberá ser hábil, plantearse políticas de pactos y medir bien sus posibilidades. En estas podremos comprobar cuantos son los votos que Podemos aportaba a SUMAR, que ahora serán sus propios votos.
Otra tarea importante será la recomposición interna de Podemos. Esa es una labor que la dirección actual deberá acometer rápidamente y con mucho ‘mimo’, las y los militantes de base están cansados, son demasiadas ocasiones en las que no se cuenta con ellos (como esta de pasarse al Grupo Mixto sin consultar), están diezmados entre los que se han quemado o quienes han aprovechado para dar ‘el salto’ y necesitan una orientación clara y precisa.
‘Todo se andará’ dicen algunos/as y ojalá sea así, pero que se ande con paso seguro, respetuoso y definitivo.