Mientras que PSOE y Podemos parecen darle más importancia, el Alcalde y el PP coinciden en relativizar la importancia del anuncio y en pedir más hechos y menos anuncios.
El anuncio, hecho este lunes por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), de que se había aprobado una subvención directa de más de 6.650.000 euros al Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid para dar comienzo a la primera fase del enlace con la M-50, ha recogido diferentes reacciones por parte de los políticos ripenses.
Mientras que Mónica Carazo (PSOE) y Vanessa Millán (Podemos), con diferentes matices, se mostraban satisfechas con la noticia, el Alcalde, Pedro del Cura, y la portavoz del PP de Rivas, Janette Novo, se mostraban más escépticos. El primero publicaba ayer en su Twitter que le parecía «bien» que el MITMA sacase esa nota, pero le daba poco valor ya que considera que es «algo que ya figura en los PGE [Presupuestos Generales del Estado] desde hace meses». El regidor ripense aseguraba que «Lo que necesitamos de @mitmagob es que apruebe el proyecto definitivo y financie toda la obra».
La dirigente popular, por su parte, criticaba el anuncio basándose en que «Queremos hechos y no notas de prensa anunciando otra vez lo que ya se había anunciado desde hace meses», al tiempo que se mostraba escéptica sobre el plazo en que se podrá construir el enlace, ya que «con una partida tan escasa tendremos para largo». Además, Novo valoraba que «la izquierda» no quiso votar una enmienda a los PGE planteada por su grupo parlamentario en el Congreso, consistente en aumentar de 6 a 12 millones la partida presupuestaria destinada a este fin.
Con distinta percepción se mostraron Mónica Carazo y Vanessa Millán. La primera fue más escueta en su Twitter y se limitó a resaltar que «Continuamos trabajando para que el enlace de la M50 sea una realidad», al tiempo que mostraba la nota de prensa del MITMA. Vanessa Millán valoraba que el Gobierno central, «junto al Ayuntamiento de Rivas pone rumbo para solucionar un problema que la Comunidad Madrid nunca ha querido solucionar». Millán, no obstante, también advertía que «Ahora falta que el MITMA apruebe el proyecto definitivo para que la M50 sea una realidad, una prioridad de nuestro Gobierno de #Rivas«.
La consignación en los PGE no es una garantía de ejecución
Si bien la consignación de una partida presupuestaria en los Presupuestos Generales del Estado implica una voluntad política por parte de quien los elabora para llevar a cabo una determinada actuación, lo cierto es que, en cualquier nivel de la administración, la existencia de esa partida no es, ni mucho menos, garantía de que se vaya a ejecutar.
De hecho, la construcción del enlace de Rivas con la M50 figuró ya en los PGE, en concreto en los de 2008, pero la partida en la que se encontraba incluida esa actuación no era específica («nominativa», según la terminología administrativa) y pasó aquel año, y todos los posteriores, sin que su existencia sirviese para nada.
Por otro lado, varias fuentes coinciden en valorar como insuficiente la cantidad de 6.656.020 euros con la que está dotada la subvención anunciada. La cifra que más «suena» como coste real probable de la obra es de alrededor de 12 millones, que ciertamente se corresponde con la que el PP quería que figurase, mediante la enmienda que presentó, en los PGE.
Sin embargo, la subvención anunciada sí que podrá servir para dar comienzo a las obras de lo que se califica como «primera fase» del enlace. Las características de la subvención permiten que se paguen con ella aspectos muy diversos relacionados con el comienzo de las obras, desde proyectos de obra y estudios de viabilidad (que el Ayuntamiento ya encargó y que tiene en su poder, adelantando de su bolsillo el coste) hasta obras de construcción propiamente dichas.
A tenor de todo lo dicho, es cierto que la aparición, en fecha cercana, de excavadoras y camiones enviados por el MITMA y el comienzo de su actividad sería mucho más tranquilizador para la población de Rivas que el mero anuncio de una subvención. Pero también lo es que este último supone la materialización de algo que no reunía garantías suficientes de ser efectivo por el mero hecho de figurar en los Presupuestos del Estado.