Los ecologistas desconfían de las medidas para descontaminar la ‘Laguna del Aceite’

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La marcha realizada el domingo 23 de octubre, desde el centro de Arganda del Rey hasta la laguna, contó con la presencia de alrededor de un centenar de personas que fueron recibidas por Nerea Alzola, gerente de Gedesma, la empresa pública encargada de la gestión de la zona.

Alrededor de un  centenar de personas participaron el pasado domingo 23 de octubre en la concentración convocada por varias organizaciones ecologistas y sociales en el centro de Arganda del Rey, para protestar por lo que consideran una falta de medidas para evitar que continúe degradándose una laguna cercana a la población, contaminada desde hace años por vertidos de aceites tóxicos. La concentración se convirtió en una marcha que recorrió varias calles y las afueras de la ciudad hasta llegar a la verja que cierra el acceso a la zona de la laguna.

La marcha fue recibida por Nerea Alzola, directora gerente de Gedesma, la empresa pública de la Comunidad de Madrid que gestiona el entorno de esa laguna y vela por su mantenimiento. Los manifestantes aseguran en una nota de prensa que la presencia de Alzola «no estaba prevista» y por ello agradecen «su interés y el hecho de que abriera las puertas de la parcela para visitar la laguna».

La visita que los manifestantes pudieron realizar a la zona, acompañados por Alzola, terminó en una asamblea improvisada en la que varios de los participantes hicieron a la gerente de Gedesma diferentes preguntas respecto a la gestión de la laguna y a las técnicas y previsiones de descontaminación de la misma. Una de esas preguntas, según una nota de las organizaciones convocantes, provocó una respuesta que califican de «inadecuada y prepotente» por parte de Alzola, a quien acusan de haber llamado «payasos» a algunos manifestantes y de haber puesto en entredicho su criterio para protestar debido a su posible «falta de titulación».

Nerea Alzola ha negado estas afirmaciones a RIVAS ACTUAL. La gerente de la empresa pública asegura que en todo momento hubo un clima de educación y buen trato entre ella y los manifestantes y que tan sólo hacia el final de la jornada «dos de ellos, muy jóvenes, ataviados con monos blancos y unas mascarillas, comenzaron a querer acceder a una zona algo más peligrosa y a hacer algunos equilibrios para hacerse unas fotos». Alzola asegura que ella misma les advirtió de que «algunas de las prendas que llevaban puestas no eran necesarias para acceder a la zona a la que pretendían entrar, mientras que unos carteles advertían de que sí necesitaban otras que no llevaban consigo». Según reconoce la directiva, fue en ese momento, ante la continuidad de su actitud, cuando les dijo que no era «necesario hacer payasadas».

Más allá de este incidente, las organizaciones ecologistas critican que Alzola «se contradijo con la versión que venía defendiendo
la empresa hasta el pasado verano», en alusión a la nueva versión de la Directora Gerente, según la cual «el proyecto que presentó la empresa la pasada primavera no será el que finalmente se ejecute» Según los ecologistas, serán «grandes empresas extranjeras que se dedican a la gestión de residuos» las que se hagan cargo de la descontaminación «sin coste alguno para la Comunidad de Madrid, a cambio del prestigio que les  roporcionará llevar a cabo esta tarea».

Los ecologistas reconocen que «El nuevo proyecto, que no se explicó en qué consistiría, será más barato que el planteado hasta ahora  que tenía un presupuesto de 20 millones de euros». Sin embargo, se quejan de la «falta de concreción» sobre el nuevo, lo cual hace «desconfiar a los participantes y a las asociaciones ecologistas que no ven factible el hecho de  que el coste de la descontaminación sea asumido por empresas privadas». Las asociaciones ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción,  GRAMA, Jarama Vivo, solicitarán que sea el Director General de Medio Ambiente, Juan José Cerrón, quien a partir de ahora, sea el interlocutor directo con estas asociaciones.

Alzola ha declarado a RIVAS ACTUAL que Gedesma sólo se encarga de la vigilancia  mantenimiento de la ‘laguna del aceite’ y no de ninguna otra de las aledañas, por lo cual no puede responder a preguntas sobre estas últimas, como algunas de las que le realizaron los manifestantes. Por otro lado, se queja de la falta de diálogo que éstos han mostrado, a diferencia de «otras organizaciones que si han acudido a las convocatorias que yo misma he hecho recientemente para hablar de estos temas, y que han derivado en la firma de un convenio de colaboración por un importe de 12.000 euros» por el que esas asociaciones se encargarán de las tareas de vigilancia para que no haya más aves que mueran en la laguna.