En Rivas toda la ciudadanía conoce muy bien las necesidades de nuestro municipio. Reivindicaciones muy básicas que se nos han venido negando durante mucho tiempo y que corresponden a una desigualdad territorial manifestada de forma ostensible por el gobierno del PP de la Comunidad de Madrid a lo largo de los últimos 25 años.

Un abandono que se manifiesta en la falta de un cuarto centro de salud que debería haber estado operativo hace al menos más de seis años, o un centro de especialidades y de urgencias extrahospitalarias, para una ciudad que no para de crecer.

En el terreno educativo la emergenciaen la que nos encontramos, pone en evidencia absoluta que solamente para el curso que viene Rivas va a poder contar con el CEIPSO de la Luna completo, algo que hace unos diez años que debería haber estado operativo, y que únicamente fue posible gracias a que el Ayuntamiento adelantó el dinero para su construcción. También parece que podremos contar con una de las dos fases del CEIP Mercedes Vera, otra necesidad ripense que no sabemos cuándo estará finalizada. Sin olvidar que en relación a la enseñanza secundaria, no hay previsión de cuándo dispondremos de un nuevo IES en el Barrio Centro, a pesar de que la saturación en los institutos de Rivas es patente desde hace al menos cuatro o cinco años. Todo ello por no hablar de la escasísima oferta en Formación Profesional, campo en el que los responsables autonómicos ni siquiera se han planteado la construcción de un centro de FP público.

Y por supuesto, no nos olvidamos que el plazo dado por Madrid para que los municipios integrantes de la Mancomunidad del Este lleven sus residuos al vertedero de Valdemingómez ha finalizado este mes de marzo, y en la planta de tratamiento de esos residuos en Loeches hasta el último momento penden de un hilo los permisos de apertura, después del último cese del Director general de Industria por capricho de la Señora Ayuso. Aun así, Loeches no es una solución para la mayoría de municipios, por el sobrecoste que supondrán las tarifas de la planta, que obligarán a muchos municipios a reestructurar sus presupuestos, como será el caso de Rivas. Falta una Estrategia de Residuos clara que sin duda el Gobierno autonómico ha dejado en manos de las mancomunidades sin dotar a los municipios de ningún instrumento para solucionarlo.

En el terreno del medio ambiente, el abandono del Parque Regional del Sureste viene ocasionando continuos problemas de conservación de ese entorno privilegiado, que en el caso de nuestro municipio ocupa alrededor de un 70% de su territorio. Lo que podría y debería ser un espacio natural que ofreciese a la ciudadanía un bien precioso y accesible, aunque sea de manera moderada, se está convirtiendo poco a poco en un problema causado por los numerosísimos usos agrícolas o industriales que se dan dentro del propio Parque.

Si se fijan todas estas necesidades de Rivas son cuestiones que dependen, sí o sí, del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Y ese Gobierno lleva décadas abandonando a Rivas y a sus problemas. Me atrevería a decir que llevan décadas olvidándonos intencionadamente.

Esto puede terminar el próximo 4 de mayo. Es una oportunidad de oro para acabar, de una vez por todas, con la desidia o, peor aún, con la mala fe política. Sólo hay un espectro político responsable de esas carencias básicas de nuestro municipio: la derecha.

Tenemos la oportunidad que conseguir que entre luz y aire fresco, de cumplir con lo acordado y de garantizar un cambio de modelo que ponga fin a 25 años de corrupción y políticas neoliberales. Es el momento de una izquierda transformadora con capacidad de gobernar, en el que Rivas es el mejor ejemplo. Con Unidas Podemos y Pablo Iglesias consigamos que Rivas obtenga lo que merece desde hace tantos años: unas infraestructuras lógicas y normales para el tamaño y tipo de ciudad que es. Lo que Rivas merece, está al alcance de nuestra mano.