Con el aforo del auditorio municipal Pilar Bardem totalmente ocupado, Leo Bassi volvió a sorprender a un público poco habituado al humor inteligente y lleno de connotaciones políticas del artista circense afincado en España.
Galería de fotos
Bassi mantuvo, como siempre, un intenso diálogo con el público, que nunca sabe a ciencia cierta cuándo sacará el artista el conejo de su chistera. Jugó con fuego (literalmente), empapó al público con coca-cola (aunque antes permitió a las primeras filas cubrirse con una inmenso plástico que les ofreció), «hipnotizó» a dos personas del público y fue desgranando todo un rosario de alusiones a temas de actualidad. Otro éxito más de Bassi, esta vez fraguado dentro de la programación del Festiclown 2.0 que se celebra en Rivas desde el pasado 2 de octubre.