El proyecto, impulsado por la Empresa Municipal de la Vivienda, cuenta con las asociaciones La Corrala, Cosmos y Taray como adjudicatarias del espacio ubicado en el barrio de La Luna y destinado a este modelo de construcción y gestión cooperativa de viviendas para personas mayores.
Las asociaciones La Corrala, Cosmos y Taray han hecho público un comunicado en el que anuncian la terminación de la fase de «consolidación de grupos» en la que se hallaban hasta hace unos días, y la consiguiente entrada en una nueva fase caracterizada por su constitución oficial en «acreedores del espacio obtenido mediante concurso en febrero pasado».
El proyecto Cohabita Rivas, impulsado por la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) y destinado a la construcción en formato cooperativo de viviendas en régimen de ‘cohousing’ para personas mayores, lanzó una fase en febrero pasado en la que las asociaciones interesadas en ser concesionarias de terrenos para la construcción de viviendas en el mencionado régimen de ‘cohousing senior’ debían mostrar sus credenciales y cumplir los requisitos establecidos por la empresa pública de Rivas.
Este proyecto constaba de otras fases, entre las que estaba la llamada de «consolidación de grupos», destinada a facilitar que las asociaciones adjudicatarias de terrenos fortaleciesen su carácter cooperativo, respetando así el carácter social del proyecto.
Una vez consolidadas en ese sentido las tres asociaciones y una vez recibido el ‘visto bueno’ de la EMV, sus integrantes entran en el tramo administrativo del proyecto en el que se constituirán oficialmente en «acreedores del espacio obtenido mediante concurso el pasado mes de febrero», según explican en un comunicado.
Esta nueva fase permitiría a las tres asociaciones comenzar a hacer realidad sus proyectos particulares de construcción y posterior gestión de las viviendas que cada asociación haya diseñado para que en ellas vivan sus socios y socias.
El proyecto Cohabita Rivas concede, por un plazo inicial de 75 años, el terreno necesario para ello a coste cero. Ese periodo puede prorrogarse siempre y cuando los beneficiarios, en ese momento, sigan manteniendo las características de uso social de las viviendas construidas y autogestionadas por las entidades.