Las más de 40 colonias felinas de Rivas, controladas y esterilizadas por el Ayuntamiento

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Imagen genérica

La ciudad cuenta con 41 colonias de gatos reconocidas. Se trata de ejemplares no sociables que ya no pueden vivir en una casa o centro de acogida. El Ayuntamiento recuerda que no se puede alimentar a los gatos callejeros si no se cuenta con un carnet expedido por la concejalía de Salud.

Rivas tiene cuenta con 41 colonias de gatos reconocidas. Se trata de animales que sobreviven en libertad, compartiendo con otros felinos los recursos de la zona en la que se han asentado. Se trata de ejemplares no sociables que pueden suponer un riesgo para la salud pública si las colonias a las que pertenecen no están gestionadas y controladas.

Por su comportamiento, son ejemplares que no pueden vivir en una casa ni en un refugio: sería condenarles a una existencia cruel, y la única solución es que continúen viviendo en la calle. El código penal establece penas y sanciones para quien moleste o atente contra los animales que se encuentran en la vía pública.

Para su control, los ayuntamientos utilizan el método CER: captura, esterilización y retorno al entorno del que fueron capturados, para su vacunación, desparasitación, esterilización y marcaje. Rivas es uno uno de los municipios de la Comunidad de Madrid con mayor índice de castración. El 75% de los gatos ferales (gatos que han carecido de contacto humano desde su nacimiento) que habitan en las colonias ripenses están debidamente esterilizadas.

El protocolo CER –explican desde la Concejalía de Salud Pública y Protección Animal– permite el control poblacional de los felinos y reduce la presencia de enfermedades transmisibles a seres humanos y los ruidos en la calle. Algo que la concejalía realiza «de forma ética y responsable».

Las colonias controladas suelen convertirse en grupos estables y saludables y, si tienen que desaparecer, será por razones naturales. Tratar de eliminar o desplazarlas suele ser un esfuerzo baldío, recuerdan en la concejalía: «el espacio vacío que se genera tiende a ser ocupado por otros animales en un nivel de densidad imposible de sostener». El método CER también resalta la importancia de que las personas que alimentan a este tipo de gatos estén debidamente autorizadas y aumenta la concienciación ciudadana en torno al respeto animal.

Carnet de alimentador

Para que el método sea efectivo, las personas alimentadoras deben colaborar con el Ayuntamiento y la protectora animal encargada del control felino, en este caso, Rivanimal. Su tarea es altruista, corren con el gasto de la comida, y se limitan a alimentar y suministrar agua fresca a los ejemplares en un lugar determinado, siempre en horario nocturno, retirar restos de comida y verificar la limpieza de estos puntos, evitando la presencia de roedores.

De hecho, las personas alimentadoras deben suscribir su compromiso con las normas de colaboración. De esta forma, reciben el carné que les acredita en la tarea ante otros vecinos, vecinas y cualquier autoridad. La presencia de personas no acreditadas suele suponer un problema, ya que impide el buen control de las colonias, dificulta la tarea de Rivanimal en la captura (mediante una jaula trama o un transportín) y posterior esterilización y no garantiza la limpieza de la zona, por la presencia excesiva de comida, entre otras cosas.

Para evitar estas situaciones, el Ayuntamiento cuenta con el programa municipal para regular la presencia de las personas alimentadoras autorizadas. Desde la Concejalía de Salud Pública y Protección Animal agradecen esta labor “digna de admiración por su dedicación y amor a los gatos».