Las últimas trabas legales han sido salvadas y el pistoletazo de salida se dará el viernes 24 de junio, después de una década de una reivindicación ya histórica. El Ayuntamiento se ha visto obligado, para ello, a asumir la titularidad de una parte de la M-823.
Quedaba sólo una traba que se interponía en el objetivo del Gobierno local de iniciar ya las obras del enlace de Rivas con la M-50. Esa traba desapareció recientemente, cuando la Comunidad de Madrid desestimó una alegación de un constructor contra el proyecto de obra aprobado por el Ayuntamiento. El viernes 24 de junio está previsto colocar la ‘primera piedra’ simbólica del inicio de la obra, según ha revelado esta mañana el Alcalde, Pedro del Cura.
Para lograrlo, el Ayuntamiento ha tenido que asumir, por imposición de la Comunidad de Madrid, la titularidad de una parte de la carretera autonómica M-823. Precisamente el tramo que la administración regional considera que se va a utilizar para construir un enlace que otros municipios tienen desde hace años a costa de la Comunidad de Madrid. No ha sido el caso de Rivas, municipio para el que todo han sido trabas.
Una reivindicación histórica y de cajón
El enlace con la M-50 desde el barrio de La Luna es una reivindicación que comienza ya a en la década de 2000. El plan general de ordenación urbana preveía ya entonces el desarrollo de un polígono tecnológico en la zona aledaña a ese barrio. Eso y el propio desarrollo del barrio hacían imprescindible la construcción de un enlace que permitiera una salida directa a la M-50, por entonces recién terminada en su totalidad. Sin esa nueva salida todo quedaba a expensas de lo que ahora todavía tienen los ciudadanos de Rivas: la salida a la vía de servicio de la A3, solo mediante la cual, superando un permanente atasco de tráfico en las horas punta, se podía y se puede acceder también a la M-50.
Ya en 2015 la campaña municipal #Rivaslomerece identificaba, entre otros objetivos imprescindibles que el Gobierno local reclamaba a la Comunidad de Madrid, el enlace con la M-50 como prioritario. Llegó a haber, en 2017, un encierro de concejales del Gobierno para reivindicar este enlace. Incluso se llegó a plantear ir al Parlamento Europeo a exponer la reivindicación y requerir apoyo para la misma.
Una considerable movilización ciudadana, producto de la cual se llegó a crear una plataforma reivindicativa (PLACIRIVAS), se unió a las voces que reclamaban la obra de manera inmediata.
En unas ocasiones la falta de voluntad política del Ministerio de Fomento (por entonces en manos del Partido Popular), que puso una partida en los presupuestos de 2018 una partida que luego dejó sin efecto; y en otras, la actitud remisa y obstaculizadora del Gobierno regional (que se negó a asumir una parte del coste de las obras de adecuación de la M-823, para finalmente imponer a Rivas la asunción de la titularidad de una parte de la misma) han ido retrasando una obra clave para el desarrollo y la movilidad de la ciudad. La situación comenzó a desbloquearse en 2021, cuando el actual Gobierno central destinó una partida inicial de 1,5 millones, posteriormente ampliada a 6,5 millones, para facultar al Ayuntamiento a comenzar la construcción de la obra.
Todo ese calvario comenzará, de aquí en ocho días, a tener una solución.