La planta de residuos de Rivas será objeto de una declaración institucional en el Pleno de mañana

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Foto de archivo de una visita, en 2013, del entonces consejero de Economía, Enrique Ossorio, a la planta de tratamiento de residuos de Ecohispánica. El entondces alcalde de Rivas, José Masa, le acompaña en la foto (Foto RIVAS ACTUAL)

El acuerdo de todos los grupos municipales abrirá un proceso de nuevo estudio y valoración de la tecnología de la planta experimental gestionada por Econward, nombre de la anterior Ecohispánica.

El Pleno ordinario municipal que se celebrará mañana, jueves, correspondiente al mes de noviembre, dará cuenta de la declaración instituciuonal para la que se ha llegado a un acuerdo en la Junta de Portavoces, sobre la planta experimental de tratamiento de residuos que la empresa Econward (la antigua Ecohispánica) gestiona en Rivas. La declaración se basa en una iniciativa presentada por el Partido Popular de Rivas.

A vueltas con la planta desde 2011

La planta comenzó a funcionar en 2011 como una apuesta de la empresa y del ayuntamiento de Rivas, que cedió la nave en la que actualmente se ubica la planta, junto a la sede de Rivamadrid. En 2015 se aprobó en Pleno municipal el cese de la actividad de tratamiento de residuos, así como la participación del Ayuntamiento en las posibles facetas comercializadoras de la planta y de la tecnología que la sustenta, basada en un tipo de pirólisis.

Han sido varias las veces que esta planta ha sido objeto de polémica. Organizaciones ecologistas han pedido en varias ocasiones que el Ayuntamiento se posicione en contra de la única instalación conocida de esta tecnología, ubicada en Temuco (Chile), por considerar que los subproductos resultantes de la aplicación de la tecnología hacen más rentable (y en ese sentido, facilitan) la incineración de los mismos.

La tecnología que perfecciona Econward realiza una «limpieza» de los residuos recibidos mediante la aplicacikón de vapor de agua a muy alta temperatura (unos 150ºC). Por otros procedimientos mecánicos, quedan separados aquellos subproductos que pueden reutilizarse y finalmente deja otros finales cuyo uso más rentable sería la incineración. Éste es el aspecto que critican las organizaciones ecologistas.

Sin embargo, la tecnología aporta también importantes mejoras sobre otras existentes. La principal de ellas es la reducción del volumen y peso de las residuos que hay que llevar a vertederos o incineradoras. La reducción puede llegar a ser de hasta el 70%.

La tecnología es más efectiva si los residuos que trata llegan correctamente separados. Las organizaciones ecologistas, sin embargo, han criticado siempre que esta tecnología puede favorecer la relajación en el esfuerzo para una separación en origen, objetivo en el punto de mira de todas las políticas de sostenibilidad medioambiental.