Como en toda la comunidad católica del mundo, ayer domingo 2 de abril tenía lugar en Rivas Vaciamadrid la celebración del Domingo de Ramos. Cientos de fieles participaban en la ceremonia donde se celebraba la bendición de los ramos de olivo y las palmas, la posterior procesión y eucaristía.
A las 11:00 de la mañana de ayer domingo 2 de abril, en el Parque Lineal de Rivas Vaciamadrid, tenía lugar la ceremonia de bendición de palmas y ramos de olivos que tradicionalmente cada Domingo de Ramos celebra toda la comunidad católica mundial, que conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén y que marca el verdadero comienzo de la Semana Santa.
Más de un centenar de fieles acudían a la celebración portando sus ramas de olivo y sus palmas en la que, guisopo en mano, el párroco titular de San Maximiliano Kolbe, Luis Francisco Berroa, bendecía estos elementos. Mientras, la feligresía entonaba cantos e himnos religiosos.
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Tras la bendición, se inició la marcha procesional que recorrió el parque lineal hasta la Casa de las Asociaciones para marchar luego por la Avenida de Covibar y llegar finalmente a la Parroquia San Maximiliano Kolbe donde se celebró la santa misa.
Procesión de la Virgen Dolorosa
Por otro lado y como cada año, el pasado viernes 31 de marzo, viernes de Dolores, tenía lugar la procesión de la Virgen Dolorosa que recorría las calles del barrio de Covibar. Este es uno de los dos actos que la parroquia de San Maximiliano Kolbe de Covibar celebró con motivo de la Semana Santa en Rivas Vaciamadrid.
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A las 20:00 horas, la comitiva salía desde la misma parroquia de San Maximiliano Kolbe donde la imagen de la Virgen Dolorosa era portada en andas por ocho porteadores, dos por varal, y recorrían la Avda. de Covibar, la calle Gabriel García Márquez entre otras, lo que provocó algún corte de tráfico por parte de la Policía Local para el desarrollo de la procesión.
Tras dos horas y media de recorrido, acompañada de unas ciento cncuenta personas, el párroco titular de San Maximiliano Kolbe, Luis Francisco Berroa, y amenizado por los temas musicales de cornetas y tambores, la Banda Santa Verónica de Membrilla, la Dolorosa regresaba a su parroquia.