Responsables y trabajadores de 14 establecimientos de Arganda del Rey han grabado ‘Juntos (Together)’, una historia realizada, de manera desinteresada, por el escritor y cortometrajista local, José Luis Sáez, y que forma parte de una campaña de sensibilización para promocionar la hostelería y el comercio de proximidad. La iniciativa ha sido impulsada por la Asociación de Empresarios de Arganda, Rivas y comarca (ASEARCO) y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Arganda del Rey.
Se llaman Ana, Manuel, Félix, Sara, Piluca… aunque son muchos más. Cada mañana suben la persiana de una pequeña floristería, de una relojería, llevan un restaurante, una tienda de moda infantil, mantienen viva una pastelería centenaria en Arganda del Rey…
Son una pequeña representación del importante número de autónomos y empresarios que están al frente de los pequeños comercios, establecimientos de servicios y negocios de hostelería del municipio. Son protagonistas de la economía real y son también vecinos que han querido contar, a través de una historia de ficción (con acento cotidiano), la importancia que tiene el consumo local para salvar del cierre a los pequeños establecimientos: para crear empleo y “hacer juntos ciudad”.
Lo han querido contar especialmente en estos tiempos en los que son muchos los que tienen grandes dificultades para afrontar las pérdidas producidas por el Covid-19 y no han podido volver a abrir sus negocios o se encuentran a punto de arrojar la toalla.
Y lo han hecho en un corto que han protagonizado ellos mismos bajo la dirección y realización del escritor y cortometrajista local José Luis Sáez y de su ayudante Eva María Carmona.
Su propia historia
La historia del corto nos conduce a Ana, la propietaria de una floristería que, en plena crisis del Covid -19, se plantea no volver a abrir las puertas de su tienda ya vacía. No puede afrontar los gastos sin recibir apenas ingresos y le falta también algo muy importante: mirar más allá de la persiana metálica que mantiene cerrado su negocio. Confiar en que existe un futuro para su pequeño establecimiento.
El desánimo de Ana se convierte en una confidencia hecha a otra mujer, Piluca, responsable también de otro comercio de la zona y, a partir de ahí, la noticia del cierre de la floristería ‘se viraliza’ entre comerciantes, hosteleros, dueños y trabajadores de establecimientos de servicios. Vecinos, en definitiva, de Ana. Es el detonante de una historia solidaria que quiere poner de relieve el gran esfuerzo que están realizando los pequeños establecimientos para mantener su actividad.
Así que las y los protagonistas del corto son protagonistas de su propia historia. A estos actores y actrices se les puede ver cuando se quiera. Sólo hace falta entrar en sus comercios, hoteles, restaurantes, que están todos ahí, justo al lado de casa.