Jorge Pardo, considerado el mejor saxofonista de flamenco del país, inauguró ayer los conciertos del festival de flamenco Rivas con Duende, en una cita en la que estuvo acompañado por el cantaor Pedro el Granaíno y que arrancó los aplausos de un emocionado público asistente. El encuentro, que tuvo lugar en el Auditorio Pilar Bardem, contó también con Patrocinio a la guitarra y Diego Montoya, el Tate y Manuel Vinaza a las palmas.
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Esta ha sido solo la primera actuación del festival, a la que seguirá esta noche, a partir de las 21 horas, el aclamado Miguel Poveda. Por otro lado, el día 21 será el turno de los cantaores El Pele y Amalia Andujar, de nuevo con Patrocinio a la guitarra y Diego Montoya, el Tate y Manuel Vinaza a las palmas.
El colofón llegará el domingo con el encuentro «Vermú con duende», en la sala polivalente del centro cultural Federico García Lorca.
Esta cita musical ha sido organizada por la concejalía de Cultura y el restaurante El Mirador. Originalmente estas jornadas flamencas fueron creación de la Casa de Andalucía de Rivas, que este año no ha podido colaborar con el Consistorio en la organización porque, según han asegurado en una nota, se pidió a la Casa de Andalucía que se hiciera cargo de la financiación de los eventos, una condición que la entidad no pudo asumir y que, han concluido, les obligó a «retirarse del proyecto».
Por su parte, la organización sacó una entrada única para los tres conciertos del auditorio Pilar Bardem a 60 euros, que incluye el recital de Miguel Poveda e invitaciones a los del jueves 19 y sábado 20.
Para los que no pudieron acudir al concierto de anoche, les dejamos una carta de Vicente Pachón que resume el sentimiento de quienes disfrutaron de la cita:
El frío es el principio de la búsqueda de un refugio. Si el refugio está en consonancia con la cultura, ya ganamos ánimo. Y el refugio ayer fue la música: Jorge Pardo y Pedro el Granaino.
Jorge Pardo, traje blanco y camisa negra, comenzó dialogando por el escenario con su flauta mientras entonaba La Danza del Fuego y El Bolero de Ravel. Siguió convenciendo con su saxofón y haciendo guiños a camarón con una taranta. Y luego soleá. Magistral primera parte.A continuación, Pedro el Granaíno tomó las riendas y se entregó al instinto. Este cantaor «se dio un abrazo» con Tomás Pavón en algún cante. Y, quién dijo miedo, su voz meció la «Leyenda del Tiempo»… porque él es camaronero. Después llegó una taranta, siguiriya, demostrando conocer el oficio, aunque llegara tarde a él. Su media voz y los graves te golpean en el corazón.
Acabó la noche metida en duende con los dos genios en el escenario: J.Pardo y P. el Granaíno. Y el frío de la noche exterior no fue tanto al salir.
