Califican a la OTAN como «una herencia de los peores momentos que ha vivido la Europa de postguerra» y consideran que su intervención en el conflicto entre Ucrania y Rusia contribuye a que este último país «lo perciba como una amenaza militar» e incrementa la tensión.
Las organizaciones locales de Izquierda Unida y de Podemos han hecho público un comunicado en el que expresan su «enorme preocupación por la sucesión de acontecimientos que han elevado en los últimos días el nivel de tensión entre Rusia, por un lado, y EE.UU y países adscritos a la OTAN, por otro«.
Las dos organizaciones critican la intervención de EE.UU y de la OTAN en el conflicto entre Ucrania y Rusia. Respecto a la Organización del Tratado del Atlántico Norte valoran que «es una herencia de los peores momentos que ha vivido la Europa de postguerra: los de la Guerra Fría» y que «se creó para mantener una estrategia de la tensión armada contra el entonces llamado Bloque del Este». Podemos e IU recuerdan que «El incremento armamentístico y la naturaleza del armamento almacenado por sus países miembros puso en peligro el territorio de los países que ahora formamos la Unión Europea» y explican que «No queremos que nuestros territorios sean de nuevo un posible escenario de confrontación en la que los pueblos perderían su libertad y sus vidas estarían en riesgo».
El comunicado conjunto reflexiona sobre el momento que vivimos, «en que el mundo sigue afrontando la pandemia y la emergencia climática», y expresa su opinión de que «No tiene sentido que ahora la OTAN se extienda a Ucrania y Georgia por intereses de EEUU. Algo que es percibido como una amenaza militar por Rusia, lo que añade más tensiones a una zona que ya ha sufrido demasiado».
Como alternativa a la escalada de tensión bélica, las dos organizaciones exponen que «La UE debe apostar por seguir construyendo una postura coordinada y común entre las diferentes sensibilidades de los países bálticos y del Este de Europa y Alemania, Francia, Italia y España. En este sentido, creemos que es el momento de llevar a la práctica lo discutido estos años sobre autonomía estratégica. Es decir, poder tener políticas independientes que nos permitan defender nuestros propios intereses y valores en política exterior, comercial, de defensa o de derechos humanos. No los de determinadas superpotencias por la necesidad también de controlar recursos cada vez más escasos a nivel mundial».
El comunicado concluye proclamando su «No a la guerra», un grito que «clamó gran parte del mundo en 2003 y que recuperamos como rechazo a que España colabore en apoyar esa escalada de tensión militarista y belicista». Ambos partidos piden que «Las unidades navales y de cualquier otro tipo enviadas a la zona del Báltico deben volver a sus bases. La alternativa a ese movimiento armado debe ser la construcción de ese mensaje de cooperación entre pueblos, en lugar de confrontación entre gobiernos y ejércitos. Porque este conflicto solo puede resolverse desde el diálogo, la desescalada y el convencimiento de que la paz es el único camino».