El Alcalde, la Vicealcaldesa y los portavoces de todos los grupos municipales han estado presentes en un acto fundamentalmente dedicado a hacer un recuerdo de las muchas trabas con las que la obra se ha encontrado desde hace más de dos décadas, y a agradecer la colaboración encontrada en los grupos políticos de Rivas y en el Gobierno central a partir de 2018.
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La tradicional urna conteniendo varios objetos representativos de la época actual ha sido enterrada esta mañana en la parcela junto a la M-823 donde se comenzarán a ejecutar las obras de acceso directo de Rivas a la M-50. El enterramiento de la urna ha sido el gesto simbólico por el que se da el pistoletazo de salida a un proceso que durará aproximadamente un año, según desvelaba el Alcalde, Pedro del Cura, en la entrevista publicada esta misma mañana por RIVAS ACTUAL.
En el acto han intervenido el propio Alcalde, la Vicealcaldesa, Mónica Carazo, Kike Ayala como representante de PLACIRIVAS, el Director General de Carreteras del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, Javier Herreros, y el director de las obras, Andrés Comino.
Un año para la primera fase
Este último ha explicado el plan técnico de la obra, que consiste en aprovechar el trazado de la M-823 en las cercanías de su cruce con la M-50, para realizar dos rotondas, a ambos lados de la carretera radial, desde las cuales se distribuirá el tráfico bien en sentido A-3, bien hacia la A-2. En una segunda fase (aún sin fecha) se abordará la ejecución del acceso también a la R-3, en ambos sentidos.
Comino ha asegurado que las obras «no tienen mayor complejidad» y que tanto la naturaleza del terreno como las cotas a las que se trabajará permiten suponer que se desarrollarán sin incidentes. Además, el director de las obras ha valorado que «dado que se realizarán a cierta distancia de los bloques de viviendas, esperamos que las molestias no sean importantes, centrándose sobre todo en el tráfico de camiones».
Un enlace necesario y justo
Por su parte, el Director General de Carreteras, Javier Herreros, ha reconocido que «la enorme insistencia del Alcalde y del Ayuntamiento en general» han sido una de las claves para que se acabase encontrando una solución técnica para construir el enlace. Solución que, ha dicho, «no ha sido nada fácil encontrar».
Herreros ha admitido también que cuando tomó posesión de su cargo comenzó a estudiar comparativamente la situación de conexión de Rivas con la estratégica M-50, haciéndose consciente de que «había una notable diferencia entre el grado de conectividad del resto de municipios» de la corona de Madrid «y el caso de Rivas».
Javier Herreros ha mencionado también la decisión de la Comunidad de Madrid de no participar en las obras, atribuyéndolo «a razones presupuestarias o de algún otro tipo».
Agradecimientos
Por parte de Pedro del Cura y de Mónica Carazo, sus discursos han sido dedicados esencialmente a mencionar a todas las partes que consideran actores importantes en la consecución del objetivo de construir el enlace. Del Cura ha hecho un símil entre Rivas y la aldea gala de los tebeos de Asterix y Obelix, en concreto al titulado ‘Asterix y las doce pruebas’: «En ese comic Julio César impone a los habitantes de la aldea gala la realización de doce pruebas que sólo los dioses se supone que podían llevar a cabo, y los galos las superan gracias a su poción mágica». El regidor ha atribuido a la movilización ciudadana el papel de esa pócima que impulsaba a los héroes galos.
No ha faltado la intervención de Kike Ayala, presidente de la PLACIRIVAS, una asociación cuyo antecedente fue la Plataforma Ciudadana de Rivas. La asociación comenzó a articular varias movilizaciones desde 2017 en adelante, llegando a recoger 14.000 firmas exigiendo el enlace a la M-50, que fueron entregadas en su día a las autoridades. Ayala ha explicado que «una vez conseguido este objetivo veremos a ver a cuál otro nos dedicamos, porque somos gente reivindicativa que creemos en la movilización para conseguir cosas que a la ciudadanía nos hacen falta».