Más de una docena de jóvenes del instituto Duque de Rivas y familiares y amigos de ellas han participado, a lo largo de varios meses, en un proyecto académico que tiene la igualdad en el punto de mira. La igualdad «en todas sus facetas», según explica César Tejedor, el profesor que ha lanzado y coordinado el proyecto.
César ha propuesto a su alumnado vincularse de forma totalmente voluntaria al mismo y aportar algo muy concreto: la mirada de cada alumno o alumna sobre un aspecto de la igualdad -en este caso, la que no han disfrutado las mujeres a lo largo de la historia- a través de una obra de arte determinada.
Las alumnas y sus familias o grupo de amigos han elegido la obra, la han mirado, han investigado acerca de ella y de quien la realizó, han reflexionado sobre lo que han averiguado, y de todo ello han sintetizado un discurso que han plasmado en forma de texto. Lo acompañan de una imagen de la obra elegida y el conjunto de los trabajos se ha expuesto en el propio instituto ripense, pero también en otros centros.
No sólo se ha hecho una exposición en algunos centros educativos. El proyecto ‘IgualArte’ no nace ni muere en Rivas, sino que pretende ser una bola de nieve que va haciéndose cada vez más grande según cae por la pendiente. Mediante una página web, un perfil en Instagram y una cuenta en YouTube, el proyecto queda al alcance y a la consideración de profesores y alumnas, para que lo utilicen y, si es posible, lo amplíen y lo fortalezcan. Es, en ese sentido, un recurso educativo más que queda a disposición de profesores y centros, sean o no de Rivas.
En lo que se refiere a la experiencia realizada con este proyecto en el IES Duque de Rivas, César Tejedor, promotor y coordinador del mismo, calcula que «unas 100 ó 120 personas estén colaborando» en él, entre la edición del proyecto realizada en 2021 y la de este año 2022.
Una mecánica compleja y eficaz
Tejedor ha seguido una mecánica igual en todos los casos: ha seleccionado unas obras y una información básica sobre cada una de ellas, pero a partir de ahí cada alumno o alumna, fuera del horario lectivo, ha manejado esa información, la ha ampliado y, con todo ello, ha elaborado, ha escrito una historia. La mayoría de las veces se ha utilizado el relato en primera persona, en el que los alumnos «hacen hablar» al personaje que se encuentra detrás de la obra que han elegido.
Un ejemplo: Julia Sáez, la alumna que eligió una de las versiones que la pintora italiana Artemisia Gentileschi realizó con el título de ‘Susana y los viejos’, descubrió, en primer lugar, algo sorprendente: la artista, que vivió en el siglo XVII, había pintado innumerables versiones del mismo tema, en el que se relata el caso de una joven judía, Susana, que es hallada por unos jueces desnuda tras el baño. Los jueces chantajean a la joven exigiéndole mantener relaciones sexuales, ya que si no accede a ello la difamarán ante los ciudadanos. La curiosidad le hizo a Julia enterarse de que Artemisia Gentileschi había sufrido este tipo de acoso, con el resultado de violación. La actualidad de la temática no podía ser más explícita, y en torno a ella elaboró Julia su texto, dando su voz a la artista para relatar lo que le ocurrió.
Una vez que se ha creado el relato, éste se vuelca en un video grabado con las voces de la alumna y de los miembros de su grupo familiar o de amigos que han colaborado con ella. El video se sube a una página web, a YouTube y a un perfil de Instagram. De esos videos existe un código QR que se ubica junto a la imagen de la obra que se expone en el centro. Quienes ven la exposición pueden capturar el código y ver instantáneamente el video, escuchando la historia relativa a la obra.
«He ganado mucha soltura al escribir»
Para las alumnas que han participado en ‘IgualArte’ en el IES Duque de Rivas, la experiencia ha sido toda una novedad. Y, además, una novedad rentable, académicamente hablando. Algunas de ellas reconocen, en los videos que han grabado para Rivas Actual, que han estructurado su capacidad de análisis al investigar y tener que reflexionar sobre las obras que han elegido, pero también han mejorado su capacidad de expresarse de distintas maneras.
Por supuesto, la mejora en ese sentido ha ido acompañada por la reflexión que la obra de arte y su historia les ha provocado. Algunas de ellas admiten no haber pensado demasiado, antes de este proyecto, en lo lejano en el tiempo que está el comienzo de muchas situaciones que las mujeres de cualquier edad afrontan hoy en día. Eso les ha hecho ver la desigualdad que las mujeres sufren en la sociedad de hoy con otra perspectiva: no es un producto de una política determinada de tal o cual partido, ahora o desde hace sólo unos años. Es producto de un mal estructural de las sociedades tal como se han desarrollado. Y tienen una causa común y muy lejana en el tiempo: la relegación y la supeditación social y económica de las mujeres respecto a los hombres.
Cómo afecte esta reflexión a las vidas de estas alumnas, a lo que harán o cómo lo harán, está por ver, naturalmente. Pero gracias a ‘IgualArte’ tienen ahora en sus manos y en su cabeza unas herramientas para juzgar y posicionarse, para decidir hacer con sus vidas lo mucho o poco que sean capaces para revertir una situación de desigualdad que, en el caso de la que sufren las mujeres, dura siglos. Pero que no termina en la desigualdad por razón de género. Quien es capaz de ver un tipo de desigualdad y por qué se produce, lo es también de detectar mejor otras desigualdades.
«Hemos trasladado la experiencia del aprendizaje al ámbito familiar»
César Tejedor es profesor de Filosofía en el IES Duque de Rivas. Conoció el proyecto ‘IgualArte’ durante la pandemia y pensó que ofrecía grandes posibilidades de ser utilizado para algo que, durante el confinamiento estricto de los primeros meses del COVID, pero también después, durante mucho tiempo, estuvo a la orden del día: la permanencia en los domicilios mucho más tiempo que antes.
Y con esa permanencia en las casas volvió, a veces para bien, otras no tan bien, la relación entre los miembros de las familias. Adolescentes que apenas si hablaban con sus padres (o padres y madres que apenas si lo hacían con sus hijos e hijas) tuvieron, un poco a la fuerza, que cambiar esa dinámica. Y el proyecto ‘IgualArte’ les daba una ocasión espléndida para hacerlo con un objetivo que podía acercar a ambos, adultos y adolescentes, en el trabajo y la reflexión en común.
Quizás esta faceta de trabajo en familia sea una de las que más caracteriza a ‘IgualArte’. Tejedor así lo valora: «Hemos trabajado este proyecto en familia, sin limitaciones ni de espacio ni de tiempo, y eso es muy bonito porque se comparte la experiencia». Además, explica, «No se trata de un aprendizaje memorístico, sino de crear material pedagógico a partir del arte. Utilizamos las obras de arte como un recurso para crear historias que sean significativas para el alumnado y para sus familias».
Al ser un proyecto colaborativo, «está abierto a todo el mundo, no está limitado a un grupo que se haya podido crear en un aula, o a gente de un grupo de edad determinado. Está abierto a cualquier persona de la ciudadanía, siempre con un interés pedagógico», cuenta César Tejedor.
Y el objetivo de todo esto es muy claro: «Crear igualdad. Estamos convencidos de que la igualdad no es algo que se vaya a conseguir de un día para otro, sino que es un proceso a largo plazo». En ese camino el docente tiene claro que «es muy importante crear referentes visuales diferentes a los que hemos tenido durante muchos siglos».