La VG la sufrimos, la vemos, la escuchamos a diario en nuestra sociedad actual. Además, son múltiples las violencias que se ejercen contra las mujeres: física, psicológica, sexual, económica, institucional… Todo esto, además, dentro de un marco de violencia simbólica que permite su legitimación.

El 25 de noviembre no es solo una fecha en el calendario, este día internacional está dedicado a la eliminación de la violencia contra las mujeres, debemos mirar de frente una realidad desgarradora que persiste en todos los rincones del mundo.

En España, desde el año 2003, cuando se empezaron a contabilizar estos crímenes, 1.285 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, según la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género. En lo que va de año, 40 han sido asesinadas, dejando a 30 menores de edad huérfanos. Esta cifra asciendo a más de 430 desde 2013.

A estas cifras tenemos que añadir los 63 menores víctimas mortales a causa de la violencia vicaria. En 2024 han sido asesinados, 10 menores. Cabe destacar que en 4 casos, sus madres habían interpuesto denuncias por Violencia de Género; y en 9 casos los asesinos fueron sus propios padres.

La violencia vicaria es la más cruel y despiadada, porque causa un daño irreparable en la
mujer que la destruye de por vida. Es la expresión más cruel de VG, que toma a los hijos e hijas de la mujer como objeto para continuar el maltrato y la violencia sobre ellas. Es destacable que este año, el Ayuntamiento de Rivas, ha puesto el foco en visibilizar esta
forma de violencia dentro de su campaña del 25N, reconociendo la importancia de
sensibilizar y actuar frente a esta realidad tan devastadora.

Según UNICEF, 1 de cada 8 niñas en el mundo ha sido violada o agredida sexualmente.
Estas violencias son el rostro más visible de un sistema que oprime, invisibiliza y silencia a
las mujeres. Esta violencia, además, se agrava en contextos de guerra, donde el cuerpo de
la mujer se convierte en un campo de batalla.

Es momento, por tanto, de alzar la voz a favor las mujeres palestinas, que forman una parte numerosa de las víctimas civiles de ese genocidio que está cometiendo Israel. La
impunidad y el silencio no pueden ser cómplices del sufrimiento de miles de mujeres y niñas.

Las respuestas institucionales son necesarias, y si no se abordan las causas estructurales
de esta violencia, son insuficientes. Es imprescindible avanzar en políticas públicas que
protejan a las víctimas, garantizar recursos adecuados y que se castigue a los agresores.
Se debe fomentar la educación en igualdad desde edades tempranas.

Además, desde el PCE de Rivas e IU Rivas somos conscientes que las violencias
machistas también ocurren dentro de las organizaciones políticas, por lo que se trabaja
internamente para que sea un espacio seguro para las mujeres. Por ello, llamamos a
mujeres y a hombres a asistir al acto “Vidas libres de violencia machista”, el día 30 de
noviembre, a las 12:00 horas en la Sala Marcos Ana (Plaza de la Constitución 3, Rivas),
en el que contaremos con Marta de Pablo, abogada especializada en violencia de género
y violencias sexuales; Teresa Carrillo, psicóloga y psicoterapeuta especializada en género
y violencias machistas; y Sira Rego, ministra de Juventud e Infancia. Un acto organizado
por las mujeres del PCE de Rivas y de IU de Rivas.

El lema de este año “Que la vergüenza cambie de bando”, resume en espíritu de lucha, son
los agresores quienes deben ser señalados y culpabilizados. Jamás se puede culpabilizar
a una víctima, ya no habrá más silencios cómplices.

En este 25N, el feminismo sigue siendo una herramienta de transformación, una luz en
medio de las sombra de un sistema que perpetúa las desigualdades.

Salimos a las calles con rabia, pero con esperanza, convencidas que un cambio es posible.
Porque la lucha no termina aquí. Porque el futuro debe ser feminista.