Rivas Ecópolis ha perdido esta tarde (74-75) en un nuevo partido de sequía ofensiva, a excepción de sus casi dos únicas anotadoras, Frida Eldebrink y Laura Nicholls. Los momentos de buena defensa de las locales les han dado a lo largo del partido varias ventajas importantes en la primera mitad, contrarrestadas por los apagones ofensivos que ha sufrido constantemente el equipo de José Ignacio Hernández. La eliminatoria queda en franquicia para las canarias, que echarán el resto el próximo martes para volver a jugar una final del play-off.
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Con el punto de mira anormalmente desviado y con la falta de confianza reflejada en la escasez de intentos de tiro exterior por parte de la mayoría de sus jugadoras, Rivas Ecópolis ha dado la de arena esta tarde en el Cerro, perdiendo el primer partido de la semifinal de play-off ante Gran Canaria. Las ripenses han llegado a disfrutar de ventajas sustanciales, en torno a los diez puntos, en un par de fases del encuentro, allá por la primera mitad, cuando Rivas ha jugado con orden y seriedad, pero no han sabido mantener la renta porque ante el esfuerzo en la remontada de las canarias, no han podido oponer una muñeca firma que no fuera la de Frida Eldebrink. La sueca sí que ha encontrado el tiro desde muy diversas posiciones, pero durante la primera mitad se ha encontrado muy sola en esa faceta. La otra jugadora que ha anotado como se espera de ella ha sido Laura Nicholls, que además de tener que encargarse de la dificilísima Astou Ndour, ha ido poco a poco encontrando la posición para su tiro de tres o cuatro metros.
Evidentemente, la fortaleza y enorme ventaja de Gran Canaria en el juego interior obligaba a Rivas a sacar su juego al perímetro. Las canarias han jugado a eso constantemente y les ha salido bien. Una vez llegados a esa situación, sin embargo, lo imprescindible es lograr un porcentaje de tiro exterior cuanto menos aceptable y, además, que esté lo más distribuido posible, de forma que el esfuerzo defensivo del rival deba distribuirse también y que el cansancio alcance a cuantas más jugadoras, mejor. Pero no ha sido así hoy para Rivas Ecópolis. Ni Gabi Ocete ni Rachel Allison, que suelen anotar juntas entre diez y doce puntos por partido gracias a tiros exteriores, han visto apenas el aro… porque ni siquiera lo han mirado. Queralt Casas, otra de las posibles anotadoras, ha tenido una vuelta a la cancha meramente testimonial. Vega Gimeno ha tenido tan pocos minutos como es habitual, y también como es habitual en los últimos meses, no ha sabido sacar partido de ellos. Halvarsson ha estado absolutamente perdida y Hassell, más centrada bajo el aro rival, tampoco ha tenido ni muchos minutos ni el juego que ella necesita para encontrarse bajo aro para recibir. En lugar de ello, en más de una ocasión ha terminado recibiendo en el exterior, en una magnífica posición de tiro… para una tiradora. Pero no para la pundonorosa pivot ripense, a la que ni siquiera le ha salido a puntear ninguna defensora canaria, conscientes de que el lanzamiento no se iba a producir. a Clara Bermejo, con unos magníficos minutos al comienzo del encuentro, la han sentado tras el primer cuarto y misteriosamente ya apenas se ha vuelto a saber de ella, cuando es conocida su facilidad para encontrar el pase que desatasca en momentos clave.
A pesar de todo ello, el último minuto del partido ha visto un marcador casi constantemente con Rivas mandando por dos o tres puntos. En ese momento clave, la gestión de las últimas jugadas ha sido pésima por parte de Rivas. El partido se lo ha dado a Gran Canaria el cuarto triple anotado por la joven Patricia Cabrera, que ha jugado siempre para lo mismo: tirar un triple cómodo y anotar la mitad de las veces. Sabiéndolo, es incomprensible cómo su último triple, el que le ha dado la ventaja definitiva a su equipo, ha podido lanzarlo absolutamente sola, sin oposición. Todo Rivas estaba defendiendo a jugadoras que, aun en caso de anotar, lo habrían hecho de dos puntos. Sólo ha quedado sin marcar la única jugadora que había demostrado su acierto en el tiro de tres, el que daba la victoria a su equipo. A continuación, la última posesión de Rivas estaba cantada: balón a Eldebrink. Todo el equipo canario lo sabía y lo esperaba, de forma que la sueca se ha encontrado con tres defensoras consecutivas que le han impedido ni siquiera intentarlo.
A Gran Canaria hay que reconocerle haber jugado con la cabeza, dando en defensa todo lo que se espera de sus jugadoras, especialmente en la zona, y machacando en ataque con muchas canastas producto de rebotes ofensivos o de su simple superioridad por alto. Nada que no estuviera previsto por las de José Ignacio Hernández, pero al final esas cosas han definido mucho el partido. Si Rivas Ecópolis quiere enderezar la eliminatoria, tendrá que encontrar la manera de calibrar mejor las muñecas de tres o cuatro de sus jugadoras para el partido del próximo martes, a las 19:45 (en directo por Teledeporte). De lo contrario, lo que hasta ahora ha venido siendo una más que aceptable temporada del equipo del Cerro, acabará siendo una decepción: la de no jugar una final de play-off por primera vez desde hace cuatro años.