Mañana, 5 de noviembre, se celebran unas elecciones decisivas para la geopolítica del mundo. EE.UU. tiene cita con las urnas; EE.UU. esa potencia que tantas veces es noticia por asuntos que, hasta ahora, nos parecían lejanos. Asuntos o noticias tales como ataques raciales, el asalto al Capitolio, los disparos a candidatos en mítines políticos o las numerosas tragedias climatológicas en sus estados… Señalo que nos parecían lejanas `hasta ahora´ puesto que nuestro país atraviesa el mayor desastre natural de la historia reciente.

La DANA de Valencia, fruto de la emergencia climática, también ha dejado una ola de indignación sin precedentes. Sólo quienes han perdido a alguien, o lo han perdido todo; solo quienes viven en primera persona esta situación desesperante conocen y saben de su dureza. Su dolor es un dolor compartido. Empatizo, empatizamos, con su rabia. Y los mejores medicamentos para este dolor son la colaboración y la templanza. La colaboración la estamos viendo en múltiples formas y manifestaciones de recursos estatales y de ayuda altruista y solidaridad por parte de toda la sociedad. La templanza… la templanza, tras los últimos acontecimientos en Paiporta, parece que también ha quedado arrasada por el agua.

En estos momentos de incertidumbre y adversidad, los demócratas tenemos que estar firmes ante la violencia, ante los discursos de odio y ante la difusión interesada de bulos. Frente a quienes anhelan la barbarie y buscan desestabilizar a las instituciones, frente a quienes avalan comportamientos violentos y frente a quienes son cómplices con su silencio… es primordial la colaboración y es prioritario recuperar la templanza. Y a la receta que comentaba antes, añado: prudencia, gestión y foco en lo importante. Unitat i solidaritat.