Flamenco novel, flamenco consagrado y Jorge Pardo en el cierre del Rivas Flamenca

751
En la imagen, José Merced en un momento de su actuación. Foto: Kike Ayala.

La noche del sábado se cerró el Festival Rivas Flamenca 2018 con las actuaciones de la novel promesa Amalia Andújar, la figura consagrada del jerezano José Mercé y la del compositor saxofonista y flautista Jorge Pardo. El evento organizado por el Ayuntamiento de Rivas y el Restaurante EL Mirador, se ha desarrollado durante el pasado viernes 19 y sábado 20 de enero en el Auditorio Pilar Bardem de Rivas.

Crónica de Vicente Pachón.

Consulta aquí la galería de fotos del segundo día del festival

Con él se inauguró una noche de expectativas y de recuerdos porque estuvo muy presente con la música de sus instrumentos Paco de Lucía y también de algún familiar, Antonio Sánchez, sobrino del de Algeciras que comenzó abriendo tiempo con un solo de guitarra. Después, la solvencia del maestro se expandió como la niebla excesiva que habitó por el escenario. La terna se completó con Antonio Serrano, armonicista de jazz. Los tres hicieron sentir la música como solo los que la aman pueden transmitir.

Un solo de guitarra, Almoraima, unos tanguillos, el romance de la luna que puso también en recuerdo a Camarón, para finalizar por bulerías. Zyryab fue la elegida para acabar esta primera y emotiva parte, título del disco de Paco de Lucía en el que mejor se aprecia la fusión flamenco-jazz con el uso de teclados o pianos junto a los tradicionales instrumentos y la participación de artistas como Chick Corea Manolo Sanlúcar.

Continuó el cante de Amalia Andújar, ataviada con un vestido verde agua con tul y que abrió por Soleá acompañada por un bailarín para interpretarla. Después por tangos: «A un sabio le pregunté qué hay detrás de la muerte y él me respondió: eso solo lo sabe Dios.». Y unas bulerías…Mantuvo el tipo. No es fácil y además es una responsabilidad muy grande. La voz le acompaña, ahora si la voluntad no le abandona se irá abriendo camino en este mundo del flamenco tan complicado.

La noche, metida en palabras, imágenes, recuerdos… Dio pie para la actuación de un impaciente José Mercé que quizás haya olvidado los inicios. «Ya era hora de que me tocase…». Me extrañó que un flamenco como él, de pura cepa, ignore que el flamenco no tiene tiempos sino momentos. Pero comenzada su actuación, que encauzó por Malagueñas de E. l Mellizo, puso en olvido la puya inicial para demostrar que en cuanto a facultades está disfrutando y haciendo disfrutar. Sabe resolver con la sapiencia que dan los años lo que la frescura te resta y en ese vaivén se regocija y mece el cante.

Cantó fandangos, reivindicativos porque mientras le quede una pluma no dejará de volar.

Para las alegrías se dejó acompañar magníficamente por sus inseparables Mercedes García y el Chicharo, que le dan a este estilo un compás envidiable. Muy presente en la letra de las alegrías el eco de Camarón: «…pide que yo te daré…».

Y cerró concierto Mercé, como no podía ser de otra manera, por bulerias y con pataita incluida para deleite sobre todo de los menos asiduos al flamenco más clásico.

Cerró con Aire, aire nuevo, por petición popular… Reflejo del flamenco que algunos esperan y otros temen, no vaya a ser que entre la gripe.