En torno al día de Andalucía (28 de Febrero) la Casa de Andalucía en Rivas es un hervidero de programación y asistencia, ocurrió durante todo el fin de semana. El sábado 24, tenía lugar el recital del cantaor Cancanilla de Málaga con Juan Antonio Muñoz a la guitarra.
Crónica de Elvira López Hidalgo
En este recital se dieron las conjunciones necesarias para convertirse en una noche de las que guardará en el recuerdo todo el público que llenó por completo el local.
Cancanilla es un cantor gitano de los de “pellizco”, su cante te llega, te transmite hasta la lágrima, seas aficionao o no, y este sábado estuvo especialmente motivado, sabio de recursos, con flamencura hasta en la forma de comunicarse con el público, facultades íntegras, en definitiva un artista con mayúsculas que quiso gustar y gustó a rabiar. Los aplausos de la gente en pie se sucedieron en cada cante.
Y es que Cancanilla además de las particularidades artísticas que mencionamos es un gran aficionao, siempre escuchando a los grandes, cogiendo matices, Mairena, la Niña de los Peines, Caracol, Camarón… Todo lo escucha y lo conoce. De arte cómo se acuerda de El Chaqueta, hay que tener mucho dominio del compás, de la voz y de todo para hacer las cositas del Chaqueta, sus cuplés por bulerías con trabalenguas son contados los artistas que pueden cantarlos.
Además del recorrido por soleares en las que Cancanilla se siente a gusto, estuvo especialmente grande por levante, y en el último tercio del taranto cargó emotivamente tanto la voz hasta casi rozarse.
La seguirilla suele ser el “plato fuerte” en los recitales de Cancanilla y este no iba a ser menos, no se puede cantar mejor por este cante.
Remató la malagueña con verdial, que no recuerdo que sea su habitual forma, sobre todo por la querencia de Cancanilla por la de El Mellizo.
La caña fue otra sorpresa y él la anunció como: “yo hago la caña un poquito más larga”… Y la que esto escribe dice que ni larga ni nada, que la hizo como debe ser, con sus seis paseos o ayes, osea pares, como la hacía el que mejor ha cantaó la caña Rafael Romero “El Gallina” y al igual que él Cancanilla remató la caña por soleá. Y no faltaron la tanda de fandangos en los que se acordó del de La Calzá levantando aplausos.
Finalizó la actuación por bulerías, que fueron muy reclamadas por el público, y en las que hizo un amago de su genial pataíta.
Magnífica asistencia le dió Juan Antonio Muñoz con la guitarra, especialmente compenetrados y motivados estuvieron por Soleá y por seguirillas.