La Alcaldesa valora que «escuchar siempre es bueno» y agradece el «tono muy amable y cordial» de la reunión. Ha anunciado en la misma el lanzamiento de un Observatorio de la Movilidad en el que ha invitado a estar presente a la Plataforma. Por parte de esta última, consideran que el Ayuntamiento no piensa dar marcha atrás en su política y mantienen la convocatoria de una nueva manifestación para este domingo.
La reunión mantenida ayer por la tarde entre la Alcaldesa de Rivas, Aída Castillejo, y varios representantes de la Plataforma por la Movilidad, ha finalizado sin ningún acuerdo concreto. La regidora ripense, que ha agradecido el «tono cordial» de la reunión, ha estado acompañada por el concejal de Movilidad, Luis Altares, mientras que la plataforma ha estado representada por cinco personas, una de ellas por videoconferencia.
Durante la hora y media de reunión (desde las 17:30 hasta las 19:00, aproximadamente), Castillejo ha escuchado los planteamientos de la Plataforma y ha anunciado la creación de un Observatorio de la Movilidad, en el cual ha invitado a estar presente a la entidad que se opone a la implantación de los nuevos carriles bici.
Por su parte, la Plataforma, en una nota de prensa, ha valorado el encuentro también como «cordial», pero sin resultados concretos en cuanto a su reivindicación de que se eliminen los nuevos carriles bici y se revierta el estado de las calles afectadas por éstos a la situación anterior a su instalación.
Como resultado de ello, la Plataforma mantiene la convocatoria de una nueva manifestación, para este domingo 15 de enero, que partirá a las 12:00 del aparcamiento superior de la estación de metro de Rivas Futura y finalizará en las escaleras principales del auditorio Miguel Ríos, con la lectura de un nuevo comunicado.
Los argumentos
El resultado de la reunión realizada ayer era previsible. El Ayuntamiento pone sobre la mesa unas políticas medioambientales que tienen como respaldo la legislación estatal y todas las indicaciones europeas al respecto de la movilidad, que se orientan hacia favorecer el uso de medios de transporte alternativos al coche privado.
La Alcaldesa puso como ejemplo de la disposición del Ayuntamiento a escuchar, el hecho de que se estén eliminando los bolardos rojos de la separación entre carriles para coches y para bicis, y la modificación de los horarios de los camiones de recogida de residuos, para evitar que coincidan con los de mayor tráfico en la ciudad. Todo ello además del anuncio sobre la creación de un Observatorio de la Movilidad.
Ésta, por su parte, argumenta que los nuevos carriles perjudican al tráfico (de coches privados), así como que pueden suponer una dificultad para la labor de los vehículos de emergencias y «lesiona gravemente el tejido productivo del pequeño comercio de proximidad», entre otros motivos.
Si se examinan los argumentos de ambas partes, lo que se encuentran son dos posturas irreconciliables. No se puede estar al mismo tiempo por la sustitución del coche privado como medio de transporte «rey» en una ciudad, y por mantener las calles en un estado que sólo tiene como referencia a ese mismo coche privado. De la misma forma, no se puede abogar por facilitar el uso de medios de movilidad alternativos y no ofrecer a esos medios condiciones más seguras y atractivas para que se utilicen.
Llegados a este punto es cuando más se echa en falta lo que probablemente fuese una solución intermedia difícilmente criticable por ninguna de las partes: la existencia de un transporte público abundante y de calidad.
El Ayuntamiento pone la pelota de esa mejora del transporte público en el tejado del Consorcio Regional de Transportes, con quien una y otra vez, asegura, ha intentado reunirse para abordar esta cuestión, pero sin que ni siquiera se les dé cita. Faltaría ver si una ciudadanía acostumbrada a utilizar el coche privado estaría dispuesta a hacer uso de un transporte público mejorado y a dejar el coche privado en casa.