Se impuso ayer (76-69) al Real Madrid y mantiene con ello el tercer puesto de la tabla. Sus perseguidores siguen obteniendo también victorias, por lo que a los ripenses aún les quedan dos «finales» en las próximas semanas para obtener el pase a la fase de ascenso a LEB Plata. El Cerro del Telégrafo se llenó para el partido, con presencia del Alcalde y siete concejales del Gobierno y la oposición.
Se hizo bueno ayer el carácter de «fortín» de la cancha del Cerro del Telégrafo. Uros Rivas dejó al Real Madrid en 69 puntos (76-69), una renta bajísima para lo que el cuadro merengue acostumbra anotar, ya sea en su propia cancha o fuera de ella. En toda la temporada, tan sólo NCS Alcobendas consiguió dejarle en tres puntos menos y un par de equipos más han conseguido igualar la marca.
Uros, al límite físico
Hay que recordar que Uros llegó al partido con dos piezas importantes (Alex Zamora y Pablo Mariñán) «lesionados de larga duración». Javi de Pinto lleva varias jornadas pudiendo jugar sólo unos minutos, cuando su aportación en ataque suele ser fundamental para el equipo. Rubén Martínez, otro tanto. En el caso de este último, ayer terminó con una rotura muscular que le dejará fuera en su partido contra Estudio, aunque sí es posible su recuperación para el último partido de liga. Por último, David Ávila sufrió una torcedura de tobillo que hizo temer por su participación en el resto del encuentro. Fue fruto de la intensidad en el juego por parte de ambos equipos y se produjo en un lance entre el base Uros y Urban Klavzar en el que, de manera totalmente fortuita, el primero tuvo un amago de lesión al torcerse el tobillo, aunque minutos después pudo jugar de nuevo.
Fue por ello que Juanjo Simón mantuvo un alto nivel de rotaciones para compensar las mermas físicas de la plantilla. Y también, todo hay que decirlo, para proteger al máximo a Julien Sargent (máxima garantía de los ripenses en defensa interior) de las personales. Gracias a ello, prácticamente toda la plantilla jugó sus minutos y aportó en la anotación, incluyendo, en el último cuarto, a Navarro, el tercer base del equipo en este partido, que cumplió bien auqnue no consiguió anotar.
Un primer cuarto de ensueño
Con un polideportivo lleno hasta la bandera, Uros Rivas cuajó un primer cuarto de ensueño, cogiendo a los blancos por sorpresa y anotando en él 30 puntos, casi la mitad de todos los que hizo en el partido. Dejó al Madrid en 17 anotaciones con un secreto inexplicable: capturó nada menos que 6 rebotes en ataque y 5 en defensa contra una de las plantillas con más centímetros de todo el grupo B, en la que sólo pudo brillar tímidamente la actuación de Sediq Garuba, el hermano de la estrella madridista que se fue a la NBA. El madridista anotó… un triple y una canasta de dos puntos en todo el cuarto.
¿Y eso cómo se come? Pues apretando en todas las jugadas, defendiendo cinco centímetros más cerca del atacante de lo que es habitual en otros partidos, moviendo los pies en defensa y cerrando vías de entrada a canasta, llegando a tapar el tiro exterior dos segundos antes de lo normal y haciendo de cada balón dividido una pelea a muerte. Todo eso para dejar al rival en sólo 17 puntos. Y para conseguir los 30 que a la postre le servirían como colchón para ganar el partido, hay que anotar un impresionante 66,7% de tiros de tres. Todo eso es lo que hizo Uros y es lo que explica ese secreto que, ya ven, no era realmente inexplicable.
Había que temer la reacción madridista, y con razón. La plantilla del equipo merengue es el sueño de cualquier entrenador de Liga EBA. Urban Klavzar y Niko Cebrian son dos bases que ya misma podrían jugar en LEB Plata. Ndiaye, Vidarte y Santa Cruz son sólidos puntales, incluso para el juego interior. Y las torres madridistas, especialmente su techo, Ismaila Diagne, tapan mucho «cielo» debajo de su aro. Con sus 2’12 y sus 16 años, bien puede soñar el Real Madrid con Diagne como un futuro pivot de cantera para su primer equipo en cuatro o cinco años.
Así que Mariano de Pablos, el entrenador madridista, se dejó de tonterías y puso todo sobre la cancha. Nada de dejarse intimidar por la intensidad de las defensas ripenses, nada de mirar el aro como si fuera pequeño y lejano. Confianza, trabajo y a por el partido. Y allá se fueron los blancos, que empezaron el segundo cuarto anotando hasta reducir la renta de los locales a solo siete puntos (30-23), sin que los de Juanjo Simón pudieran anotar más que una canasta. Hasta un minuto después no llegó la reacción de Uros, bajo la forma de un triple de David Ávila que colocó un 35-25 en el luminoso, la renta de diez puntos que todo equipo busca mantener para sentirse mínimamente tranquilo.
A partir de ahí, el Madrid siguió anotando y reduciendo las ventajas de los locales, pero ya no fue un monólogo. De hecho, el Real Madrid sufrió tres robos de balón que permitieron a Uros no sólo mantener el tú a tú, sino crecer en moral. Los blancos consiguieron imponerse en el cuarto sólo por la mínima (19-20), para irse al vestuario con un 49-37 que estaba, seguramente, muy lejos de lo esperado por el técnico blanco. A ello contribuyó poderosamente un «triple mandarina» de Álvaro Frutos sobre la bocina que fue ampliamente coreado por la grada.
Una segunda parte de infarto
Tras el descanso se notó que Mariano de Pablos había hablado seriamente con sus jugadores. La camiseta del Real Madrid impone no dar nada por perdido e ir a por todas, así que la defensa madridista subió un par de puntos de intensidad en el tercer periodo. Uros Rivas anotó sólo cinco puntos en 5:30 minutos, mientras que el Real Madrid, no sin esfuerzo, conseguía reducir la ventaja local hasta ponerse a un punto. El lío empezó a solucionarlo Julien Sargent con dos tiros libres tras una personal que sacó a la defensa blanca bajo el aro y que anotó para poner el 56-53 en el marcador. Poco después, tras dos grandes defensas de Uros y dos rebotes consecutivos bajo el aro madridista, Álvaro Frutos anota un triple que coloca a los ripenses en ventaja con 61-53.
Fueron minutos de defensas extenuantes de Uros y de mucha ciencia y concentración para no perder balones en ataque, algo que los ripenses consiguieron en gran medida. El equipo logró en muchas ocasiones atrapar a los atacantes blancos en dos contra uno y les llevó a apurar el ataque casi hasta la bocina. El resultado: nueva recuperación del Real Madrid, pero insuficiente: cuatro puntos enjugados (16-20 en el parcial del cuarto) para llegar al periodo final con un 65-57 en el luminoso.
El acto final tuvo mucho de emoción. La grada del Cerro, en la que estaban presentes el Alcalde y siete concejales y concejalas de IU, PSOE, Podemos, Ciudadanos, PP y Vox (el club había invitado personalmente a todos los ediles a presenciar el encuentro), llevaba todo el partido vibrando a ratos, pero en el último cuarto se empleó también a fondo animando a Uros. Con algún que otro grito improcedente, pero fruto de la pasión, la grada coreó los aciertos ripenses y los fallos blancos. Albert Serra, siempre pundonoroso y esforzado, no sólo hizo suya la bandera de parar en ataque a Garuba, sino que pareció asumir el reto personal de crearle problemas en defensa. No fue el único duelo que flotó sobre la cancha, pero quizás fue el más evidente porque Garuba, con su poderío físico, transmite una sensación, probablemente falsa, de querer acomplejar al rival. Serra no lo permitió y animó a la grada a continuar con su apoyo, cosa que fue extraordinariamente bien recibida por el público. Comunión total.
En lo que a tanteo se refiere, todo el cuarto fue una lección de pundonor y defensa asfixiante de los locales, que consiguieron dejar la renta blanca en sólo un punto en el parcial (11-12). La anotación ripense se consiguió fundamentalmente a base de personales que los de Juanjo Simón buscaron y consiguieron provocar pisando mucho la zona. Tan sólo una celebrada puerta atrás de Juanjo Jiménez con anotación de bandeja incluida rompió la dinámica.
Al final, un 76-69 en el marcador que hace bueno, ya lo decía al principio, el carácter de fortín del Cerro del Telégrafo. Con solo una excepción, Uros mantiene incólume su feudo a la espera, el próximo 30 de abril, del último partido de la liga, que precisamente se jugará en el Cerro contra CB Pozuelo, segundo clasificado con dos victorias más que Uros tras su victoria de ayer a domicilio (86-91) frente a NCS Alcobendas. Entre medias, el día 23 de abril, los ripenses juegan en la cancha madrileña del CD Estudio, en Aravaca, en su segundo duelo a muerte para conseguir llegar dentro de los cuatro primeros clasificados, por segundo año consecutivo, a la fase de ascenso a LEB Plata.
La fiesta de la cantera
En el descanso del encuentro celebrado ayer, dos equipos de canasta mini de Uros de Rivas saltaron a la cancha para disfrutar pisando el parqué que utiliza el primer equipo de su club. Con la presencia y la «ayuda» del Embajador de Rivas, el actor José de Luna, las y los chavales disfrutaron de lo lindo durante su breve experiencia como «profesionales» de talla.
Al finalizar el encuentro, los «mayores» del equipo EBA llamaron a las y los pequeños para celebrar el triunfo con su piña ritual en el centro de la cancha.
Juanjo Simón: «Este equipo puede ganar a cualquiera de Liga EBA»
En declaraciones a Rivas Actual, Juanjo Simón se mostró exultante con la victoria de su equipo y alabó la intensidad con la que había defendido y la cabeza con la que había atacado. Elogió, además, el apoyo del público: «ha sido fundamental, ojalá estuviera siempre así, porque creo que este equipo lo merece».
Simón fue concluyente: «Este equipo puede competir y ganar a cualquier otro de Liga EBA», dijo, aunque se lamentó de la irregularidad que arrastran cuando añadió que «también puede perder con cualquiera».
En ese sentido, valoró como determinantes los dos próximos encuentros que le quedan a Uros, contra CD Estudio y contra CB Pozuelo. Recordando lo dicho sobre la irregularidad del equipo, recordó que «Pozuelo tiene una gran plantilla, por algo están los segundos», pero «casi temo más lo que podamos hacer contra Estudio».
Resultados y clasificación grupo B Liga EBA
Estadísticas del partido