El partido ripense, que forma parte del actual gobierno local, entiende que «el Ayuntamiento de Madrid no tenía otra alternativa que levantar la orden de cierre de Valdemingómez» y dar permiso «temporal» para que los municipios de la Mancomunidad del Este, en la que se incluye Rivas, puedan verter sus residuos en el vertedero madrileño. Equo Rivas «comprende y lamenta el enojo de la población del Ensanche de Vallecas» con las molestias que esto acarrea para ese barrio, pero llama a la población madrileña a no «contemplarnos como adversarios, sino como vecinos y vecinas igualmente perjudicados por las malas políticas desarrolladas hasta la fecha por la administración competente».
El comunicado, hecho público el pasado 3 de enero, se posiciona, a la hora de solucionar a largo plazo el problema de los residuos, en la defensa de «los criterios de las 3R (Reducción,
Reutilización, Reciclaje), y en el compromiso propio de las instituciones públicas con la sostenibilidad en su gestión de recursos». En este sentido, aclaran que «Nuestro compromiso político actual en el equipo de gobierno de Rivas Vaciamadrid no se debe entender de otra forma».
La Comunidad de Madrid es el actor principal en el que Equo Rivas hace recaer la responsabilidad por la situación creada con el cierre del vertedero de Alcalá de Henares y la no disponibilidad del de Loeches para recibir basuras. El partido ripense entiende que «Ningún municipio por separado, ni la Mancomunidad del Este, en su modo de funcionamiento actual, pueden garantizar por sí solos una gestión adecuada de los RSU», y es por ello que llama a «conseguir que la Comunidad de Madrid ejerza de una vez su responsabilidad al completo» en esta materia, según «marca marca el artículo 12 de la Ley 22/2011».
COMUNICADO ÍNTEGRO DE EQUO RIVAS:
Desde Equo Rivas, ante la noticia de que el Ayuntamiento de Madrid accede a que los residuos urbanos sigan llevándose a la Planta de Valdemingómez, de manera excepcional, deseamos manifestar lo siguiente:
1) Estamos convencidos que solamente una gestión integral de las basuras se ajusta a nuestra manera de entender las políticas medioambientales desde nuestro enfoque ecologista. Los objetivos de lograr que los RSU sean tratados de manera eficiente y eficaz siguen siendo unos objetivos irrenunciables, en los que hay que avanzar en los sistemas de recogida fraccionada de la materia orgánica, en la concienciación para que los hábitos de consumo de la ciudadanía se guíen por los criterios de las 3R (Reducción, Reutilización, Reciclaje), y en el compromiso propio de las instituciones públicas con la sostenibilidad en su gestión de recursos. Nuestro compromiso político actual en el equipo de gobierno de Rivas Vaciamadrid no se debe entender de otra forma.
2) Somos plenamente conscientes que la singularidad de nuestro municipio marca profundamente las políticas que desde el Ayuntamiento de Rivas se han impulsado y se impulsan. Por ello, reafirmamos, de manera clara e inequívoca, nuestro compromiso expresado en la moción presentada en el último Pleno celebrado el pasado 19 de diciembre por el Grupo Municipal Izquierda Unida-Equo-Más Madrid.
3) Consideramos que la postura del Ayuntamiento de Madrid, y de los grupos políticos que en octubre pasado impulsaron cerrar Valdemingómez a los residuos de la Mancomunidad del Este, es consecuencia de la nefasta gestión de la Comunidad de Madrid durante muchos años, y por ello entendemos totalmente sus dificultades políticas en este asunto. La Comunidad de Madrid es la única instancia verdaderamente obligada por ley a desarrollar su competencia en esta materia, como marca el artículo 12 de la Ley 22/2011.
4) El resto de municipios y la Mancomunidad del Este, como instancias subsidiarias, es cierto que tampoco han sabido o podido ejercer plenamente sus capacidades a la hora de lograr encontrar soluciones permanentes, optando por ir poniendo parches en las situaciones sobrevenidas que se han ido dando en la gestión de los RSU de sus municipios, y la del conjunto de todos ellos.
5) Entendemos que llegados a este punto, ante una situación de emergencia como la que se podía producir, y con la presentación de un informe técnico de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, en el que se concluía que “ la única alternativa viable y legal, técnica y medioambientalmente es Valdemingómez”, el Ayuntamiento de Madrid no tenía otra alternativa que levantar la orden de cierre de Valdemingómez. Valoramos también que se hayan acordado unas condiciones específicas y un período excepcional de doce meses, prorrogables otros seis, en el que se deberán tomar medidas más definitivas que eviten estas situaciones.
6) Comprendemos y lamentamos el enojo de la población del Ensanche de Vallecas, que entienden que esta medida va en contra de todo lo que habían logrado avanzar en la justa lucha por una solución definitiva a la problemática de la Planta de Valdemingómez, que también es nuestra lucha, como municipio más cercano a la misma. Entendemos el sentimiento que transmiten en sus quejas, y deseamos que no se nos contemple como adversarios, sino como vecinos y vecinas igualmente perjudicados por las malas políticas desarrolladas hasta la fecha por la administración competente.
7) Como hemos expresado en los canales de información de Equo Rivas en redes, afirmamos que ni el Ayuntamiento de Rivas, desde su defensa siempre de los intereses de la ciudadanía ripense, ni el Ayuntamiento de Madrid, desde la defensa de la suya, han contado con más márgenes de actuación, cuestión que ha llevado a que esta situación, de muy difícil resolución inmediata, haya generado tanta crispación.
8) Por lo tanto, en la medida de nuestras capacidades, trabajaremos para que el período que se abre, a partir de ahora, sirva para que seamos capaces, entre todas las instancias implicadas, de conseguir que la Comunidad de Madrid ejerza de una vez su responsabilidad al completo. Ningún municipio por separado, ni la Mancomunidad del Este, en su modo de funcionamiento actual, pueden garantizar por sí solos una gestión adecuada de los RSU. La cantidad de población afectada, dado el tamaño del problema, y también las exigencias que marca la Unión Europea respecto a la correcta gestión de los residuos urbanos, obligan a redoblar los esfuerzos.