Con esta medida se quiere dar una alternativa a multas que pueden llegar a 3.000 euros y acercar a estos jóvenes la importancia de convivir en comunidad. La prestación se realizará en la empresa pública Rivamadrid y sólo será posible acogerse a esta modalidad en el caso de la primera sanción; en las siguientes que se produzcan por los mismos motivos, ya no existirá esa posibilidad.
Los jóvenes ripenses que hayan sido sancionados por la autoridad municipal con una multa por hacer botellón o graffiti podrán acogerse, sólo en el caso de la primera sanción por estos motivos, a la posibilidad de pagar su multa mediante la realización de trabajos comunitarios. Así lo hace saber una nota publicada hoy por el Ayuntamiento, según la cual esta modalidad está recogida por la Ley, que prevé la posibilidad de “sustituir la sanción pecuniaria impuesta en la vía administrativa por la ejecución de trabajos en beneficio de la comunidad de la misma índole que el daño o la infracción cometidos”.
La prestación está regulada por un protocolo firmado entre el Servicio del Régimen Sancionador, la empresa municipal de servicios Rivamadrid y la Unidad de Agentes de Enlace de la Policía Local, esta última encargada de mediar en pequeños conflictos en los que están implicados menores: absentismo escolar, vandalismos y pintadas, acoso, robos y hurtos, mendicidad o conflictos laborales.
El trabajo se realizará en el marco de las actividades de Rivamadrid.La duración máxima de cada jornada diaria de trabajo comunitario será de cuatro horas para los menores de 16 años, y de ocho para los que sobrepasen esa edad. Las labores se llevarán a cabo bajo la supervisión permanente del personal designado y se harán siempre bajo la correspondiente cobertura de seguro de responsabilidad civil y de accidentes, según establece el protocolo.