Esto es posible gracias a un sistema que conecta las estaciones que miden la calidad del aire con el riego de los parques públicos. Este sistema optimiza la aspersión gracias a los datos que obtiene de las estaciones de calidad del aire que miden temperatura, humedad y contaminantes.
Rivas Vaciamadrid cuenta, en distintos puntos de la ciudad, con seis estaciones fijas (existen otras seis móviles, en los coches de la Policía Local) que recogen información sobre los contaminantes, temperatura y humedad ambiental. Esta información se envía al sistema de riego inteligente y, en función de la interpretación de esos datos, se libera más o menos agua en los parques, autorregulándose la aspersión de manera automática tanto en tiempo como en cantidad.
Además, para su funcionamiento, este sistema de riego utiliza también la red de alumbrado municipal y trabaja, asimismo, con la red multiservicio del Ayuntamiento para la transferencia de datos en cuestión de milisegundos gracias a la fibra óptica, que posibilita una interacción inmediata. También es posible activar el riego a través de una plataforma web desde cualquier dispositivo por parte de personal técnico municipal y responder así ante situaciones concretas, como una subida extrema de temperaturas. Todo esto, en cuanto al esqueleto técnico que soporta este sistema pero, ¿y los ahorros?
El proyecto se aplica hasta la fecha en seis parques de la ciudad, en cuatro de ellos, gracias a la cofinanciación de los Fondos Europeos para el Desarrollo de las Regiones (FEDER), a través de la Estrategia de Desarrollo Sostenible Urbano (EDUSI) de Rivas y en dos con inversión municipal, en los que se ha registrado entre un 20 y un 40 por ciento de ahorro de agua.
Las zonas verdes que cuentan con financiación europea para el uso del riego inteligente son las de la Plaza Ecópolis, parque de Asturias, Arboretum y el parque entre las calles Océano Ártico, Rocío y Río Amazonas.
Este sistema se extenderá para cubrir la totalidad de áreas verdes urbanas
El sistema de riego inteligente se seguirá desplegando para cubrir la totalidad de áreas verdes urbanas. Esta optimización se completa con el agua regenerada que se utiliza para el riego desde hace años y con una sonda, alojada en el mismo césped, que ofrece una estimación de la humedad del terreno.
«Aporta mucho valor sobre todo en cuanto a optimización de recursos y no regar cuando no es necesario, por ejemplo, cuando llueve», apunta Carlos Ventura, coordinador del Área de Economía y Organización del Ayuntamiento.
El proyecto, denominado Evolución e integración vertical del riego y alumbrado inteligente, PLC banda ancha, ha contado con una financiación europea de 938.182 euros para cuatro de los seis parques descritos.