Debo a un exalumno la recomendación de Cixin Liu. Hace aproximadamente seis meses no se me hubiera ocurrido ni por lo más remoto leer novela de ciencia-ficción china, y no lo digo porque no me interese ese tipo de narrativa, sino porque durante años he sido lector
ocasional de Asimov, Huxley, William Gibson o Philiph D. Dick y con esa perspectiva he elegido también las adaptaciones cinematográficas de obras imprescindibles del género.

Pero en una de esas conversaciones en que los seres humanos hablamos de lo que nos ha gustado y pensamos que también a los demás les interesará, desgranando autores y obras, géneros y épocas, surgió el nombre de este autor chino, al que yo desconocía absolutamente. En concreto la recomendación se centraba en un libro titulado «El problema de los tres cuerpos», el primer volumen de una trilogía que se había publicado en 2006 y que aquí en España publicó Nova en 2016.

Hay muchas recomendaciones como la anterior, de esas que nos hacen a todos, que caen enseguida en el olvido, seguramente porque somos exigentes con nuestros esfuerzos. Pero esta arraigó y al poco me vi buscando el libro, dispuesto a leerlo en cuanto me fuera  posible. Tuve la suerte de que los tres volúmenes de la trilogía estaban en la biblioteca de
mi zona (nunca me cansaré de valorar positivamente la importancia de contar con un servicio público tan importante como éste) y leí los tres con interés y pasión. Al que da título a este artículo, le sigue «El bosque oscuro» (publicado en 2008 y sin duda el que más me gustó) y «El fin de la muerte» (2010). Me sorprendió que algunos de mis vecinos, de acuerdo con la lista de fechas de préstamo, ya lo hubieran descubierto. Se trata de ciencia-ficción especulativa, construida sobre bases físicas y capaz de imaginar la evolución de nuestro universo desde la Revolución Cultural China hasta un futuro lejano en miles de años, algo que no es frecuente en las creaciones de la especie humana. Me perdonarán que no les refiera nada de su argumento si no lo conocen; créanme: es mejor descubrirlo sin ideas apriorísticas.

En este 2024 la plataforma Netflix ha estrenado la primera temporada de una serie basada en las novelas del autor chino y con el título de la primera entrega. Es cierto que se han tomado muchas licencias con los personajes principales y también que han cambiado China por Inglaterra posiblemente en un intento de ser políticamente correctos con las distintas nacionalidades y con el color de piel de los protagonistas, pero en lo sustancial se ha
respetado el universo del escritor, universo a cuyo servicio se han puesto unos efectos especiales magníficos. No obstante, el producto de Netflix ha generado una polémica enorme en China, donde no ha gustado la producción, de la que dicen que queda muy empalidecida ante la versión realizada unos meses antes en el subcontinente asiático en treinta episodios fieles al original. Si están interesados pueden verla en Rakuten.

No puedo decir que la serie de Netflix me haya gustado tanto como esperaba, pero, como hicieron conmigo hace poco, les recomiendo que, si tienen tiempo y curiosidad, le den una oportunidad a un género que no tiene por qué ser siempre anglosajón y escrito en inglés.