Se trata de la aprobación inicial, que pasará a ser definitiva si no hay alegaciones aceptadas en un plazo de 15 días. La oposición los tilda de «ideológicos» y plantea numerosas enmiendas, incluida una de devolución presentada por Vox.
La propuesta de presupuesto municipal para 2023, presentada por el Gobierno local en el Pleno municipal celebrado esta mañana, ha sido aprobada de manera inicial, que pasará a ser definitiva si en el plazo de 15 días no se registran alegaciones estimadas positivamente por los servicios jurídicos y de intervención municipales. De esa forma, en caso de no darse alegaciones estimadas, el presupuesto pasará a ser aprobado definitivamente de manera automática.
El concejal de Hacienda, José Manuel Castro, ha presentado la propuesta destacando que el criterio con el que se ha elaborado es el de «continuar con una política de servicios públicos e calidad a la ciudadanía», lo cual ha basado especialmente en el incremento de las partidas relacionadas con la sostenibilidad energética y medioambiental y de respuesta al cambio climático, las que tienen que ver con los servicios sociales y la continuidad de las políticas de gestión que tiendan al ahorro y la consecución de remanentes de tesorería. Esto último, ha incidido el edil, redundará en la capacidad de cumplir con la ejecución de inversiones y de gasto corriente que el presupuesto plantea.
También ha asegurado Castro que lo expresado por la ciudadanía a través del proceso participativo ‘Rivas, párate a pensar’ es lo que está en la base de los criterios con los que se ha elaborado la propuesta.
En parecido sentido se han pronunciado las portavoces de IU-Equo-Más Madrid (José Alfaro), PSOE (Mónica Carazo) y Podemos (Vanessa Millán), los tres grupos que componen el Gobierno. En todos los casos ha habido, por parte de estos grupos, una crítica clara a la intervención de la representante de Vox, María de los Ángeles Guardiola, quien ha vuelto a verter sobre la propuesta la ya tradicional colección de epítetos: favorecen los chiringuitos, son social-comunistas y están en contra de la libertad.
Por lo demás, ha sido generalizada la crítica de la oposición (Ciudadanos, PP, Vox y concejales no adscritos) a lo que consideran una propuesta mal estructurada y poco creíble. Tanto en el apartado de ingresos como en el de gastos, entienden que no se van a cumplir las previsiones plasmadas en el documento, al tiempo que consideran inapropiada la continuidad de ciertas partidas. En el caso de Vox, esta crítica se ha centrado en las subvenciones a entidades solidarias (ha mencionado especialmente al «chiringuito» de Rivas Sahel) o la que se concede a asociaciones que «promueven el odio a Israel» (Pallasos en Rebeldía).
Los diferentes grupos han presentado más de un centenar de enmiendas, 89 de las cuales corresponden al PP, 15 al concejal no adscrito Bernardo González y 8 de Vox, más una de devolución (lo que implica pedir que el Gobierno haga de nuevo el presupuesto) de este último grupo. Ninguna de las enmiendas ha sido aprobada por el Pleno, registrando prácticamente todas ellas solamente el voto favorable del grupo proponente.
La oposición en general ha criticado que muchas de las partidas a las que pretendían hacer enmiendas, tenían el gasto ya comprometido, por lo que no era posible aceptar enmiendas. También ha sido unánime el rechazo a la técnica utilizada por el Gobierno consistente en dotar con un solo euro a gran cantidad de partidas, poniendo el grueso del dinero presupuestado en una sola partida general, para luego, en función de las necesidades, ir trasvasando de esta última a las demás la cantidad necesaria.