Se persiguen hasta 200 denuncias anuales por mal uso de la tarjeta de aparcamiento para personas con movilidad reducida, además de las sanciones derivadas del control propio de la Policía Local. Las multas pueden ascender a 700 euros: 500 por mal uso de la tarjeta, más 200 por aparcamiento indebido. Poca incidencia, en cambio, del aparcamiento en plazas reservadas por parte de usuarios no autorizados.
La Policía Local intervino, los pasados días 25 y 26 de septiembre, dos tarjetas autorizando el uso de plazas de estacionamiento reservadas para personas con movilidad reducida. En un caso, según el tuit de Policía Local, el motivo fue no estar presente en el vehículo la persona autorizada para usar estas plazas. En otro, que la tarjeta era una fotocopia plastificada, una manipulación prohibida por la normativa.
Fuentes municipales han explicado a RIVAS ACTUAL que «hay un número relativamente alto de denuncias por uso indebido de esta tarjeta, en torno a 200 al año», pero también que «la Policía Local tiene, en Rivas, un nivel muy alto de control de este aspecto». Fruto de ese control, bastante exhaustivo, es la retirada de entre 150 y 200 tarjetas cada año y la imposición de denuncias que pueden llevar aparejadas dos sanciones: una de 500 euros por el uso indebido del documento acreditativo, más otra de 200 euros por estacionamiento indebido. Además, se le puede retirar la tarjeta al usuario autorizado.
Una tarjeta muy controlada
Las tarjetas para personas con movilidad reducida se conceden de manera condicionada al cumplimiento de los requisitos establecidos en el Real Decreto 1056/2014, de 12 de diciembre, que estipula, como condiciones más relevantes para la adjudicación de la tarjeta, las de ser personal e intransferible para la persona con movilidad reducida acreditada mediante certificación oficial; que la persona adjudicataria de la tarjeta esté presente (conduciéndolo o solamente siendo transportada) en el vehículo identificado en el documento; y que la tarjeta que se muestre sea la original y esté en vigor.
El decreto permite a los ayuntamientos añadir algunas condiciones favorables adicionales. En Rivas, por ejemplo, se añade «provisionalmente» el uso, de carácter «excepcional», de las plazas de estacionamiento reservado a «personas residentes en el término municipal de Rivas Vaciamadrid que presenten movilidad reducida, aunque no haya sido dictaminada oficialmente, por causa de enfermedad o patología de extrema gravedad, que suponga fehacientemente una reducción sustancial de la esperanza de vida, teniendo en cuenta la edad y demás condiciones personales».
Estas condiciones dejan fuera del uso autorizado varias situaciones que, según las fuentes citadas, están entre las que con más frecuencia generan una denuncia: no estar presente en el vehículo la persona autorizada para el uso de la tarjeta; no ser el vehículo autorizado para hacer uso de la misma; utilizar una fotocopia del documento (que, además, no puede estar plastificada), en lugar del original; o tener caducado el plazo de vigencia de la autorización.
Pocos casos de uso por vehículos sin autorización
En cambio, las mismas fuentes municipales aseguran a este diario que son «muy pocos» los casos de vehículos que usen las plazas reservadas sin tener autorización para ello. «La mayoría de los conductores en Rivas respetan mucho estas plazas y no aparcan en ellas.
El uso indebido más frecuente por parte de conductores sin reducción de movilidad es el de «parar unos minutos en estas plazas mientras se hace una gestión muy rápida, pero suelen estar atentos a ver si es necesario quitar el vehículo», aseguran. No obstante, «esas infracciones también pueden ser castigadas, con multas de hasta 200 euros», añaden.