Una moción firmada por el Partido Popular y los dos concejales no adscritos pedía al Pleno municipal que se cambiara el nombre del centro por considerar al ‘Ché’ Guevara como un «asesino» y «homófobo». El nombre del centro fue decidido por votación popular hace dos décadas.
«Asesino» y «homófobo» fueron los dos calificativos que más se escucharon ayer en el Pleno municipal, referidos a la figura de Ernesto ‘Ché’ Guevara, el revolucionario latinoamericano de origen argentino que labró su leyenda en la revolución cubana y que acabó asesinado en Bolivia por tropas del ejército de aquel país en 1967.
La moción que presentó el Partido Popular, junto con los concejales no adscritos Antonio Sanz y Bernardo González, reclamaba que se retirara el nombre de Ché Guevara al centro sociocultural reabierto recientemente tras varios años cerrado. En el propio Pleno declararon su apoyo a la moción tanto la concejala de Vox, María de los Ángeles Guardiola, como el grupo de Ciudadanos.
En todos los casos, pero especialmente en el de la portavoz del PP, Janette Novo, encargada de la defensa de la moción, se destacaron varias citas del propio Ché Guevara en las que aludía a la necesidad de «fusilar» y «matar» a cuantos se opusieran al «proceso revolucionario», primero en Cuba y después en otros países. También se recordaron afirmaciones históricas del revolucionario argentino respecto a la homosexualidad, en las que Ché Guevara manifestaba su desprecio por la misma y la consideraba una enfermedad de personas degeneradas e «inválidas para la revolución». Para Guevara, sólo «el trabajo» podría convertir a los homosexuales en «hombres nuevos».
Los argumentos contrarios a la moción provinieron de la bancada del Gobierno local, que evitó centrar en estos aspectos la defensa del mantenimiento del nombre del Ché Guevara para el centro sociocultural. Quizás la intervención que más abordó en profundidad la polémica fue la del concejal de Participación Ciudadana, Alberto Cabeza, quien no rehuyó la censura de los pronunciamientos y acciones del revolucionario latinoamericano, pero los situó «en el contexto de aquella época», alegando que no se pueden «juzgar desde el presente los comportamientos de las personas de otras épocas». Cabeza recordó que en la década de 1960 «casi nadie habría opinado diferente en aquella sociedad».
También fue común en los argumentos de los grupos de la izquierda el apoyo a la decisión adoptada por votación popular realizada entre la juventud, con motivo de la inauguración del centro, hace dos décadas, de poner este nombre a lo que por aquel entonces fue abierto como un centro juvenil.
En el salón de Plenos se dieron cita, para apoyar la moción, varios miembros de la asociación Acciones por la Democracia, varios de cuyos miembros se declaran vecinos de Rivas. La asociación había solicitado intervenir en el Pleno, acogiéndose al reglamento de participación ciudadana que así lo permite, pero la autorización les fue denegada al no estar registrada la entidad en el Registro de Asociaciones municipal, un requisito contemplado en el mencionado reglamento. Fuentes de la asociación recriminaban el hecho de que no se les hubiese avisado de esta circunstancia hasta el mismo día del Pleno.
La moción fue rechazada finalmente por 9 votos a favor de los grupos Popular, Ciudadanos y Vox y los dos concejales no adscritos, por 15 en contra.