Hasta después de Semana Santa no se realizarán aún actividades en él, pero la reinauguración pone fin a un largo periodo de cierre producto de las malas condiciones del local.
La tantas veces prevista reapertura del centro Ché Guevara se producirá, por fin, este sábado 9 de abril. El acto de ‘reinauguración’ marcará el final de un larguísimo periodo de más de ocho años en el que el centro cayó primero «en desuso» (hasta el punto de no formar ya parte de las instalaciones en las que se desarrollaba, en 2015, la Semana de la Juventud), para luego quedar cerrado debido a deficiencias que fueron apareciendo en la impermeabilización de la cubierta y, posteriormente, en la adaptación a personas con diversidad funcional.
Un centro «diferente»
El Ché Guevara es, quizás, la instalación municipal más atípica. Su ubicación, en el interior del centro comercial Santa Mónica, hizo de ella la menos adecuada para la programación de actividades juveniles. El ambiente del centro, siempre más familiar que el de otros ámbitos, no ha acompañado nunca, como entorno adecuado, a la vocación de recurso al servicio de la juventud.
Por otro lado, el centro comercial, uno de los más antiguos de Rivas, mantiene algunas carencias, especialmente en lo que a adaptación a la discapacidad se refiere. Precisamente éstas han sido algunas de las deficiencias que han llevado a la prolongación de la reapertura del centro, ya que el Ayuntamento ha explicado en reiteradas ocasiones que, si bien estaba dispuesto a hacerse cargo de las obras, éstas debían ser sufragadas por el centro comercial. El Ayuntamiento, en este caso, no es más que uno de los usuarios de un locaql del centro comercial, lo cual explica esta postura.
Esas obras de adaptación, que también, en otro momento, se han extendido a la reparación de la cubierta del edificio para evitar humedades, han sido las causantes de la mayor parte del retraso. La empresa adjudicataria de las obras renunció a cumplir con el contrato tras años en los que estuvo dando largas para su cumplimiento.
Una historia de nunca acabar
En diciembre de 2019, el Alcalde, Pedro del Cura, trasladaba a los medios su previsión de que, tras la quinta certificación de obra en las reparaciones que se estaban realizando, el Ché Guevara podría abrir sus puertas de nuevo «a comienzos de 2020». Nada más lejos de la realidad, porque la última fase de esas obras fue la que se «atascó».
Posteriormente, el Ayuntamiento, ante los «reiterados incumplimientos» de la empresa constructora, aceptó rescindirle el contrato y hacerse cargo directamente de lo que faltaba por realizar dentro del local, utilizando para ello el dinero del aval que la empresa tuvo que aportar al aceptar la adjudicación. Era junio de 2021 y el Gobierno local estimaba que la reapertura podía estar próxima, ya que «fundamentalmente quedan por realizarse las adaptaciones del recinto para personas con movilidad reducida».
En cualquier caso, ya desde mediados de la legislatura pasada el Gobierno había tomado la decisión de que el centro Ché Guevara, una vez reabierto, no estaría destinado solamente a uso de las juventud. La carencia de recursos destinados a personas mayores en el barrio Centro de la ciudad aconsejaron al Ejecutivo local darle un uso compartido para «públicos». La reinauguración de este próximo sábado desvelará hacia qué sector de edad se decantará más el centro.