Derrota
El mismo silencio que se
Deja oír.
La misma tormenta lejana,
con callados truenos, y
lentos relámpagos.
Un olor inhumano,
que inunda una habitación.
Ya he perdido, pierdo
a cada letra que crío
y en la tumba del papel.
Que me queda, pienso.
El pincel del artista,
los ojos del amante
y el frío beso del amor.
Pero se acaba,
en el abismo más oscuro.
Donde no hay salida,
ni entrada, ni luz, ni días.
Las manos del poeta,
sucias, indignas.
Y la tormenta…
La tormenta se acerca.