Susana y Luis son invidentes, pero suplen su falta de visión con un gran abanico de habilidades, instinto, aprendizaje y superación. Son dos personas valientes y felices, y pudimos comprobarlo en el taller que organizaron en colaboración con el AMPA para enseñar a las familias del CEIP Jarama cómo es la vida, el día a día, en la vida de un ciego.
Los ciegos carecen de visión, pero esa carencia les hace desarrollar mucho más sus otros sentidos. Vendamos los ojos a niños y mayores, y con Susana y Luis como guías, atravesamos un circuito lleno de obstáculos que había que esquivar. Nos enseñaron a usar el bastón y agudizar el oído. Después usamos el tacto, el sentido a través del cual ellos palpan, examinan y conocen una gran cantidad de seres y objetos. Es gracias al tacto que pueden leer y así lo experimentamos con los libros y láminas que compartieron con nosotros en el taller.
Por medio del olfato también tienen acceso a mucha información. Las y los niños participantes en el taller descubrieron que los rotuladores que utilizan tienen olor, y que a cada olor le asignan un color. El resultado fue una tarde de aprendizaje para todos, nada como ponerse en la piel de otro para entender y apreciar el esfuerzo que estas personas realizan con total normalidad a diario.