El defensor de los derechos humanos mexicano Gustavo Castro, quien vive en España acogido por el programa de protección de Defensores de Amnistía Internacional, ha participado en un coloquio abierto al público en Rivas, una semana antes de que se cumpla el primer aniversario de los asesinatos de Berta Cáceres y Nelson García, y de su propio intento de asesinato y su retención ilegal en Honduras.
El activista mostró su visión sobre la pérdida de derechos que está sufriendo la población en Latina, que primero trabajó en Guatemala y después en Chiapas, mientras que, posteriormente, en Honduras desarrolló, junto a Berta Cáceres, una campaña en contra de proyectos que amenazaban los derechos de las comunidades locales.
De hecho, desde Amnistía Internacional han apuntado que Gustavo se encontraba en casa de Berta la noche de su «brutal» asesinato, el 3 de marzo de 2016. La ONG ha reprobado que las autoridades de Honduras no le ofrecieron protección adecuada, a pesar del peligro al que se enfrentaba como el único testigo del asesinato de Berta y a pesar de haber apenas escapado de ser asesinado.
«En lugar de eso, tuvo que visitar numerosos juzgados, contar su historia una y otra vez. Le impidieron salir del país durante un mes y lo trataron como sospechoso», han apuntado. Ahora, Gustavo vive en España, acogido al Programa de Protección de Defensores de Amnistía Internacional porque su vida en México está amenazada.
La visita de Gustavo Castro a Rivas ha consistido en varios encuentros con escolares de los IES que conforman la Red de Escuelas por los Derechos Humanos que Amnistía Internacional fomenta y activa desde su equipo de Educación y que el grupo local de Amnistía Sudeste da soporte y apoyo.