Se trata, según las organizaciones ARBA, Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRANMA y Jarama Vivo, de una antigua laguna de unos 5000 m2 en la que durante los años 60 y 70 se depositaron hidrocarburos tóxicos del mismo tipo que los vertidos en la llamada “Laguna del Aceite”. A diferencia de ésta, el hidrocarburo se halla solidificado, aunque es posible ver derrames hacia los terrenos colindantes y la existencia de malos olores es continua. La existencia de este suelo contaminado ha sido obviada y tolerada por la Administración Regional y el Ayuntamiento de Arganda del Rey. Los colectivos ecologistas instan al Gobierno Regional medidas urgentes para su descontaminación inmediata.
Esta balsa se halla en una zona situada en las proximidades de la antigua carretera de Valencia y de la Vereda de Valdecañas, en Arganda del Rey. Se estima que ocupa una superficie de 5.094 m2 y podría llegar a albergar 101.880 m3 de residuos si se tiene en cuenta que la profundidad de la balsa puede ser de unos 20 metros. Se desconoce si el acuífero ha podido ser afectado por los aceites tóxicos.
La existencia de estos suelos contaminados se debe al vertido industrial de la empresa GRALESA (Grasas y Lubricantes Especiales SA) realizado aproximadamente entre 1965 y 1973. Al colmatar esta balsa de hidrocarburos procedentes del refino de grasas y lubricantes industriales, en 1973 se abandonó al iniciarse los depósitos en la balsa del paraje Boca Alta, la denominada “Laguna del Aceite”, donde anualmente muere un millar de aves.
Al parecer los residuos producidos en la actividad industrial (reciclado de grasas y lubricantes usados) se mezclaban con escombros, tierras y cenizas de caldera y se vertían en la excavación que actualmente está colmatada de estos residuos. GRALESA fue absorvida por el Grupo PICSA en 1988.
Esta mezcla con otros residuos, especialmente con cenizas, provocó reacciones que hicieron que el hidrocarburo tóxico se solidificara mayoritariamente, lo que evitó la muerte masiva de fauna durante estos años, al contrario que en la laguna de Boca Alta. Este tratamiento dado, hace pensar que la Administración Regional no está teniendo en cuenta todas las posibilidades respecto a buscar soluciones a la descontaminación y adecuación de la Laguna de Aceite. Quizás una solidificación del hidrocarburo permitiría ser sacado y trasladado, lo que haría innecesaria una planta de tratamiento in situ presupuestada en 20 millones de euros y, lo más importante, se estaría evitando la muerte de cientos de aves en los próximos meses.
A pesar de que, en este caso, el hidrocarburo está solidificado (aunque en la superficie se aprecian costrones viscosos) la contaminación del terreno es evidente, fácilmente observable a simple vista. La zona además desprende un fuerte olor característico. Los suelos contaminados se encuentran rodeados de olivares y viñedos, algunos de estos cultivos actualmente abandonados pero que en los últimos 40 años han sido productivos todos ellos.
Los colectivos ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo ya se han dirigido a la Consejería de Medio Ambiente solicitando una solución inmediata para la retirada y descontaminación de ambas lagunas tóxicas. Con este objetivo, se han planteado nuevas movilizaciones ciudadanas para la próxima semana.