Doble propuesta de SUEÑA TEATRO para el próximo fin de semana

586

El grupo SUEÑA TEATRO de la Universidad Popular, dirigido por Lourdes de la Arada, representará el próximo viernes día 15, a las 20:00h, en el Centro Cultural Federico García Lorca “ELOISA ESTÁ DEBAJO DE UN ALMENDRO”, de Enrique Jardiel Poncela.

La obra es una comedia que narra las peripecias de Fernando y su prometida Mariana, así como de sus respectivas familias, un tanto locas, que se ven envueltas en la misteriosa desaparición, años atrás de Eloísa, una mujer que tenía un sospechoso parecido físico con Mariana.

Además de las diferencias entre clases sociales, esta obra nos muestra distintos tipos de amor, el que lleva a la locura, el obstaculizado por el orgullo y el amor demasiado exigente.

Con el dramaturgo español Enrique Jardiel Poncela, se iniciaba una ruptura teatral que supondría una nueva etapa del teatro cómico. Sus comedias contenían un humor inverosímil y estaban llenas de personajes en continuo ir y venir, que inducían a la risa. Sus protagonistas mostraban una sociedad feliz cuyos objetivos eran el amor y el dinero.

EL ENFERMO IMAGINARIO

La actividad del grupo SUEÑA TEATRO de la Universidad Popular no cesa el próximo fin de semana, ya que también el día siguiente, sábado 16 de junio, también a las 20:00h y en el Centro Cultural Federico García Lorca, representará “EL ENFERMO IMAGINARIO”, de Jean Baptiste Poquelin, Molière.

Argan, un hombre ya maduro, pero sano como un roble, se obsesiona con la idea de que está enfermo y pasa la vida consultando a médicos e ingiriendo medicinas. Su manía llega hasta el extremo de querer casar a su hija con un médico, sea como sea, con la intención de tener a mano “la fuente de los remedios necesarios”, sin necesidad de gastar dineros en consultas ni en medicamentos. 

Esta es la última obra de Jean Baptiste Poquelin, Molière y según dicen, una de las más geniales creaciones en la que en ella brilla, quizá como en ninguna otra, la vis cómica del autor francés.

La burla contra la ignorancia de los médicos tiene aquí un tono demoledor, en la mejor tradición de la sátira; pero, al mismo tiempo, el retrato maníaco aprensivo, empeñado en estar enfermo a pesar de su vigorosa salud, va más allá de la caricatura para alcanzar el disparate, el absurdo, no exento de comprensión e incluso ternura, que enlaza con las formas más modernas de humor.